Venezuela se resiste
Al “Golpe de Estado” permanente contra la Constitución Nacional
La resistencia democrática toma fuerza en Venezuela. Aunque muchos ciudadanos no lo crean, los venezolanos están resistiendo los embates de un Gobierno que necesita construir su hegemonía total antes que la crisis le termine de derrumbar a la gestión de fantasía de la cual tanto se jacta.
Hay un sector del país que no cree en la existencia de una resistencia, porque afirma no verla, ni sentirla, ni escucharla. Pero hay evidencias significativas del esfuerzo que los factores sociales están ejerciendo para contrarrestar la aplanadora oficial.
Los frentes sociales están en la calle reclamando sus derechos vulnerados y en defensa de la democracia. La semana pasada marcharon los universitarios unidos con la sociedad civil. El pasado primero de mayo fueron los trabajadores, también acompañados de la sociedad civil.
Allí están las luchas de los médicos, periodistas, universitarios (incluyendo a los estudiantes), trabajadores y ganaderos. Pero hay que destacar que el reclamo de los sectores populares también está tomando fuerza para exigir viviendas, que se doten a los Mercales y se reabran los módulos de Barrio Adentro que han sido cerrados.
Ese frente social plural y molesto seguirá creciendo porque ya el Gobierno carece de las herramientas para callarlo. Por un lado, ya no posee el dinero suficiente para comprar la conciencia popular y para maquillar la crisis. Y por el otro, el pueblo está perdiendo el miedo.
La “Teoría de las 3 C” sigue atentando contra las aspiraciones de Chávez de perpetuarse en el poder y ejercer un control absoluto de todo el país. Esa teoría nos dice que “Cada” vez obtiene menos respaldo popular a través del voto. Cada vez le “Cuesta” más dinero mantener la lealtad del pueblo y cada día tiene menos dinero para “Comprar” la conciencia de la gente.
Chávez sabe que eso es así y por eso aceleró su revolución para radicalizarla y terminar de construir su modelo socialista que esconde un comunismo a la imagen y semejanza del cubano. La hegemonía total es vital para edificar ese futuro rojo rojito y por eso viola las leyes con cada una de sus decisiones.
El Presidente lidera las estrategias que desencadenan en un Golpe de Estado permanente contra la Constitución Nacional y las leyes. El viola esas normativas, porque a pesar que fueron de su agrado y satisfacción, en este momento se constituyen en una camisa de fuerza que le impide legalmente arrasar con todo, pero igual lo hace sin el menor respeto por la democracia y los venezolanos.
El Gobierno viola las leyes para atacar, perseguir, confiscar y usurpar las competencias de los sectores públicos y privados. Un bueno ejemplo es el desmantelamiento de la Alcaldía Mayor que atenta contra la voluntad popular que eligió a Antonio Ledezma.
El tiene cuatro frentes de batalla abiertos: el primero y el más antiguo es contra los factores de poder político que se agrupan en la disidencia. El segundo, es contra el sector empresarial al que desea volver polvo cósmico porque en su matriz socialista, todos los procesos productivos están en manos del Estado.
El tercer frente es su necesidad de callar para siempre a los medios de comunicación que se niegan a ser comparsa de su show de engaños y mantienen una férrea postura de defensa de la democracia y para ello se rehúsan a esconder los errores del Gobierno.
Y el cuarto frente de batalla es contra el pueblo que no cree en su proceso. Quieren cercar y controlar a la disidencia. Intentan matar sus esperanzas. Desean desmovilizarlo por completo. Anhelan desilusionarlo y que termine aceptando a la fuerza un modelo que acaba con la democracia y la libertad. Pero además también quieren que quienes creen en el proceso sientan que la única salida es la revolución y que si Chávez no está, lo que viene es el cataclismo, cuando eso es totalmente falso.
Pero hay un quinto frente de batalla que no los beneficia y que tampoco están promoviendo, sino más bien escondiendo y es la crisis económica. Lo hemos dicho y lo mantenemos, Venezuela está quebrada económicamente y eso se evidencia a través de la reducción en la entrega de divisas a través de Cadivi, las confiscaciones de contratistas petroleras para no cancelar las deudas que PDVSA no tiene cómo saldar, el cierre de los Mercal, la disminución del impacto y cobertura de Barrio Adentro, la no cancelación de buena parte de los beneficios laborales de los empleados oficiales y muchos ejemplos más se nos quedan en el tintero. Estamos al borde de la insolvencia económica.
Esa quiebra económica alimenta la quiebra social, que al final se unirá con la quiebra política y cuando el país resista ante los abusos y reclame en las calles los errores e imposiciones de un Gobierno ineficaz, se fusionarán con la quiebra militar. Que nadie pierda la esperanza. Que nadie se desmotive. La resistencia democrática cobra fuerza. El fin del conflicto llegará.
Tomado de Noticiero Digital
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