Hace exactamente dos años Chávez anunció la creación de 200 fábricas socialistas para así hacernos más nacionalistas y menos dependientes de las cochinas importaciones capitalistas. Pero esas empresas no tienen nada de nacionalistas. La fábrica de bicicletas y la procesadora de alimentos, por ejemplo, son de Irán; los tractores, de Bielorrusia; las máquinas de asfalto, de Vietnam; las computadoras, el satélite y los taladros de perforación (hace más de 10 años que no se descubre un nuevo yacimiento), de China; las computadoras para niños, de Portugal. Todos países en plena expansión capitalista.
En el área agroindustrial, el innombrable les arrebató las tierras a los productores venezolanos y se las entregó a campesinos incapaces de ponerlas a producir. La consecuencia fue la importación de alimentos por 60 mil millones de dólares que fueron a enriquecer a los ricos de otros países. En vista de este tremendo fracaso, el nacionalista decidió colocar el manejo de estas tierras en manos de compañías capitalistas de Irán y de Corea, que se han convertido en los nuevos latifundistas y capataces de los aún empobrecidos campesinos criollos.
Y ni hablar del regalo petrolero que a diario recibe Cuba y que es semirretribuido con mano de obra cubana en detrimento de nuestros compatriotas. Mientras tanto, Venezuela importa gasolina que vende al detal por debajo del precio de producción para evitar un estallido social. En cambio, Cuba exporta lo que le sobra del petróleo venezolano a precio de mercado libre. Por su parte, el insolente “vergatario” resulta más barato porque el Gobierno (nosotros) subsidia cada aparatico con 80 bolívares fuertes. La fábrica china cobra completico. Lo único que se ha hecho es cambiar los capitalistas de occidente por los capitalistas de oriente. Ni socialismo ni nacionalismo. Que oiga quien tiene oídos...
Tomado del Diario La Verdad
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