¿Batalla de las ideas?.
La nueva censura.
En un bien fundamentado despacho enviado ayer por la agencia española de noticias EFE, se hace una cuenta extensa y un recuento exhaustivo de las agresiones a la libertad de expresión que se han cometido recientemente en América Latina. En la medida en que se avanza en la lectura de esta nota panorámica van surgiendo los fantasmas que, en el pasado, convirtieron la profesión de periodistas en algo nulo, desabrido e inservible para impulsar los cambios sociales y políticos.
El título del despacho de la agencia EFE resume el panorama en una frase lapidaria: "El panorama de la libertad de expresión es cada vez más sombrío". Y es verdad, pero como cada país latinoamericano se afana en luchar dentro de sus fronteras para mantener viva la libertad de expresión, entonces no nos damos tiempo para armar el rompecabezas de las arremetidas que los nuevos zares del populismo lanzan contra todo lo que pueda significar la libre expresión de las ideas.
Esta es la parte ideológica fundamental que olvidamos cuando nos enfrentamos a los renovados monstruos del fascismo militar teñido de izquierdismo, y a la vieja ortodoxia "revolucionaria".
Cuando en América Latina se habla de antiimperialismo de inmediato se piensa en Cuba y eso es un error. Decenas de gobernantes democráticos de nuestros países han tenido una clara visión del peligro de los imperios.
Pero el discurso antiimperialista latinoamericano ha sido secuestrado por Cuba y colocado en función de la supervivencia de un régimen en contra de la libertad de expresión. Al acusar a los países de regímenes moderados de tener una prensa vendida al imperio no sólo se estaban quitando de encima una molestia política, sino que justificaban para el presente y el futuro la desaparición de la prensa disidente, no domesticada al jefe de turno.
Veamos estos párrafos del despacho de EFE: "Una bomba estalla en un canal de televisión, a los participantes en un foro les advierten a su llegada a un país que no pueden hablar mal del Gobierno, se suspende la presentación de un libro por insultos a su autor y un periodista es asesinado presuntamente por escribir sobre el crimen organizado".
Y más adelante coloca sobre la mesa el marco auténtico de esta tragedia: "Todo esto ha pasado en los últimos siete días en América Latina, donde teóricamente la libertad de expresión está garantizada en la mayoría de los países. (...) Lo más reciente es el atentado sufrido por el canal ecuatoriano Teleamazonas, que se caracteriza por ser crítico con el Gobierno del izquierdista Rafael Correa".
Luego de leer estas líneas, cualquiera se pregunta por qué las escuelas de Comunicación Social en Venezuela están abarrotadas y resulta casi imposible lograr un cupo para inscribirse en esta carrera. La respuesta debe poner a temblar a cualquier aspirante a dictador: la gente no le da espacio en su futuro a los regímenes que, como el de Cuba, troncharon la cantidad de periodistas verdaderos y aumentaron el número de burócratas encargados de cantar loas al régimen.
Tomado de Noticiero Digital
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