domingo, 31 de julio de 2011

Comenzó la guerra de los olores


Se desató la guerra de los olores aunque hedores debería ser la palabra ideal porque lejos de agradar, ambos provocan repulsión. Por “ambos” me refiero a los hedores y no a los contendores aunque usted, si quiere, puede entender lo que le parezca mejor.

Yorch Doboliu Busss responde con un gancho al hígado a aquel recto al mentón que le propinara chavez en la ONU. Si para chavez, Bush era el diablo y olía a azufre, pues ahora Bush responde: “yo puedo oler a azufre pero chavez está oliendo a formol”.

Este señor Bush no es santo de mi devoción; yo pensaba de él lo mismito que luego Oliver Stone (que tampoco es otra de mis devociones) plasmó en su película “W”. Un bueno para nada, hijo de papá, incapaz de tomar una decisión acertada si no tiene a alguien (Cheney) que le diga qué es lo que tiene que hacer o decir.

Ante la diatriba que ha suscitado la enfermedad del presidente…que si tiene cáncer…que no tiene nada…que si le extirparon un tumor…que solo fue una liposucción…que el camarada está recibiendo quimioterapia…que todo es un engaño y demás decires, el hecho que Miraflores no haya contestado la salida de GWB con alguna de las respuestas prefabricadas y tomadas fielmente del “Dictatorship for dummies” al estilo: Yankee de mierda, anda a lavarte el paltó, enrolla ese comentario y te lo metes en el…bolsillo, me da que pensar.

¿Será que el mamma’s boy son of a gun la pegó? ¿Que espetó una verdad tan meridiana que no dejó lugar a respuesta alguna que no pudiera venirse a tierra en un futuro cercano? ¿Que la cosa como que es cierta? ¿Que sí como que ya empieza el tufillo a formol?

Habrá que esperar para saber quién tiene la razón, porque el tiempo es la mejor herramienta para descubrir la verdad, y como dice la Sagrada Escritura: “No hay nada oculto que no llegue a saberse”, pero mientras tanto usar Glade no viene mal y si es en el carro, la “chica fresita”.

Amanecerá y veremos

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sábado, 9 de julio de 2011

Manuel Rosales regresa a Venezuela ¿ya pa qué?


“Regresa Manuel Rosales” es la consigna que desde hace poco menos de una semana se viene repitiendo en los medios de comunicación, especialmente del Zulia. Confirmado por su señora esposa y alcaldesa de Maracaibo Eveling Trejo de Rosales quien afirma que mas temprano que tarde pisará suelo zuliano.

Viene por fin a enfrentar a la justicia que lo acusó de peculado, enriquecimiento ilícito y corrupción administrativa. Algo pasó en Perú, entre ceviche y pisco, que le hizo retomar el valor que le faltó para enfrentarla en su debido momento y dar la cara siendo inocente (según él), porque creo que si analizamos la situación del Poder Judicial en Venezuela ésta no ha cambiado en nada, especialmente ahora que los jueces del TSJ reciben un cariñoso bono de diez mil bolívares mensuales solo para hacer la compra con “cesta-ticket” y que podría interpretarse como “otro amarre mas” a la subordinación que ya tienen al Poder Ejecutivo.

Bastante tiempo tiene Rosales en el Perú con el status de “exiliado político” caminando libremente por calles y avenidas como para que ahora quiera igualarse con los que siempre se quedaron y nunca se fueron como por ejemplo Forero, Simonovis, Vivas, Mazuco y ahora Afiuni, verdaderos mártires del acoso, la persecución y la barbarie roja. Esa liga le queda grande a Rosales, especialmente porque si siempre han quedado las dudas del entreguismo electoral de diciembre de 2006, quién asegura que no hay ahora un pacto soterrado con el gobierno para embochinchar las elecciones internas y restarle votos a quienes verdaderamente se merecen ser candidatos presidenciales? Porque no vamos a negar que Rosales aún mantiene simpatías especialmente en el Zulia, estado que puede ser crucial al momento de la elección interna. Se había dicho que el gobernador Pablo Pérez anunciaría su candidatura a las primarias el 5 de julio pasado, cosa que no sucedió y ahora “coincidencialmente” Rosales anuncia su regreso… UNT no puede tener dos cabezas y allí quien manda es Rosales aunque sea a control remoto (al mejor y mas clásico estilo de Caldera en Copei y de chavez en el PSUV).

Ya Manuel Rosales tuvo su oportunidad. ¿pretenderá ganar simpatías nacionales cuando lo esposen apenas baje del avión? ¿Cuándo lo recluyan en Ramo Verde o que le hagan la maldad de remitirlo al Rodeo II? Será que como buen adeco se acuerda que la primera condición de quienes aspiraban a cargos públicos por Acción Democrática era el haber sido presos por la dictadura gomecista o la perezjimenista y ahora viene por su carta aval?

Bastante fuera de lugar me parece el regreso ese que, no creo que sea tanto por exigir justicia en su caso sino por los réditos políticos que pueda alcanzar…y a lo mejor en el comité de bienvenida estarán Borges y Petkoff…no se, a lo mejor!

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sábado, 2 de julio de 2011

Señor Presidente... arrepiéntase! (Padre Andrés Bravo)

Dudé mucho… pero mucho, para escribirle estas líneas desde mi condición de venezolano y cristiano. Yo tengo mucho temor a Dios. Esto significa que me da miedo ofender a mi Dios con mis acciones y palabras y no responderle al amor que Él me tiene. Yo trato en todo posible de no hacerlo. Como decía santo Domingo Savio, es preferible morir antes que pecar. Pero, cuando lo hago acudo enseguida al sacramento de la confesión, me arrepiento, pido perdón y, especialmente, trato de reparar mis errores. Yo pienso que no hay que hacer leña del árbol caído. Jamás desear un mal a nadie… pero a nadie, ni a nuestro peor enemigo. Y, aunque Usted no es mi enemigo porque en verdad procuro no tenerlo, le deseo no sólo su total salud corporal, sino, sobre todo, su salud espiritual. Cuando a san Alberto Hurtado, sacerdote chileno, le dieron la noticia de que tenía cáncer, exclamó con fe: “Dios ha sido tan bueno conmigo que me ha dado tiempo para purificar mi vida y arrepentirme de mis pecados”. Y cuando le preguntaban por su salud respondía: “contento, Señor, contento”. Señor presidente, yo le digo lo que Dios mismo le dijo a los israelitas por medio del profeta Isaías, vuelva a Dios mientras va de camino.

No quisiera que mis palabras le lastime el alma. Mucho menos que ofenda a sus humildes seguidores que son los que en verdad sufren por su enfermedad, no así sus secuaces que ya están pensando qué hacer para no perder sus privilegios. Yo rezo por Usted al Dios de mis Padres que es el mismo que Jesús de Nazaret me reveló en la cruz, a quien sigo, para que le convierta su corazón.

Presidente, lea bien lo que el Señor le está queriendo decir con este acontecimiento de su vida. La Iglesia católica, estoy seguro, le acoge con la misma misericordia del Padre eterno. No se alegra como lo hizo Usted con la enfermedad del Cardenal Velazco, no lo enviará al infierno como lo hizo Usted cuando el Pastor de Caracas murió. Tampoco mandará a tirar perros muertos y gritar insultos como lo hizo Usted en el entierro del valiente misionero Cardenal Velazco. Lo primero que hizo la Conferencia Episcopal, cuando Usted oficializó su estado de salud, es ordenar a todos los católicos que oráramos por su salud. Así lo haremos, estoy seguro. Les pediremos a nuestros amados cardenales Velazco y Rosario Castillo y al Sr. Brito, así como a los asesinados el 4 de febrero del 92 y el 11 de abril del 2002, para que intercedan por su salud ante el Señor de la historia.

Presidente… arrepiéntase. Pida perdón por la muerte del Sr. Brito y rectifique devolviéndole sus propiedades a su familia. Devuélvale las propiedades y las empresas confiscadas por su régimen. Deje libre a los presos políticos e invite a los perseguidos por usted a que regresen a nuestro País. Devuélvale sus trabajos a los numerosos despedidos injustamente de PDVSA y de otros lugares de trabajos oficiales. Llame a la reconciliación nacional. Ordene a sus secuaces a no atropellar a ningún venezolano. No echar gas del bueno ni del malo a los estudiantes ni a los familiares de los presos ni a los profesionales y obreros que reclaman justicia. No persiga más a los comunicadores sociales, no cierre más Medios de Comunicación Social y ordene abrir o devolver los cerrados o confiscados. Y muchas más acciones de su régimen que ha hecho sufrir al prójimo.

Presidente… estamos conmovidos por su enfermedad. Pero conmuévase usted por la enfermedad de muchos presos políticos que se les están negando sus derechos humanos más elementales de asistencia médica.

Repito, que mis palabras no lo ofendan. Pero insisto en mi invitación a convertir su corazón y reparar sus pecados. Nada sana y libera más que el perdón. Dios lo cuide presidente y proteja a mi pueblo de la tiranía.


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