martes, 12 de mayo de 2009

Editorial El Nacional 12/05/2009 Cuba, la O.E.A, el Insulzo y la Cumbre

Fidel y la OEA

La palabra suprema

Otra vez la farsa toma la escena y las noticias le dan la vuelta al mundo en todos los idiomas. Al llegar a Madrid, y como si diera la gran nueva que iba a cambiar la historia, el secretario general José Miguel Insulza declaró con entusiasmo que, en la próxima Asamblea, la OEA anulará las resoluciones mediante las cuales Cuba fue excluida del sistema.

Anuladas las resoluciones que se hicieron eco de la acusación de Venezuela por la agresión de que había sido objeto por parte de Cuba, al ser invadida por fuerzas militares de la isla, quedaría expedito el camino para que el hijo retorne al seno familiar.

Insulza quiso hacer un gesto de gran amplitud, y frente a la observación de que Cuba no cumple con los principios de la Carta Democrática Interamericana, su respuesta fue de un cinismo sin precedentes. Un cinismo que contribuye a acelerar la decadencia de la institución que dirige. Insulza dijo que no importaba que Cuba no calificara, porque alrededor de siete países miembros tampoco cumplen sus normas y violan la Carta. La conclusión es obvia, y si en la boca del secretario general se reconoce tal adulteración y tal renuncia a los principios, queda muy poco que esperar de la OEA.

En la Cumbre de Trinidad-Tobago los latinoamericanos casi dieron la cómica porque abogaron por el ingreso de Cuba a la OEA, como si con su presencia todo cambiaría para bien. Como si no tuvieran otra cosa que decir, cada uno a su turno repitió la consigna. Más temprano que tarde, los ilustres presidentes recibieron la respuesta que no esperaban.

Esta vino de la isla y del propio comandante Fidel Castro, quien suele hablar y, a veces, corregir a su hermano Raúl, presidente de la República. Fidel reiteró que "Cuba no desea volver a la Organización de Estados Americanos". La verdad es que nunca lo ha deseado y los latinoamericanos perdieron el tiempo en la Cumbre con el presidente Barack Obama.

A quienes han abogado tanto por la causa cubana, les respondió en sus "Reflexiones" del Granma que "Cuba respeta los criterios de los gobiernos de los países de América Latina y el Caribe que piensan de otra forma, pero no desea formar parte de esa institución". Según el líder único de la revolución cubana, "los gobiernos pueden cambiar, pero los instrumentos con que nos convirtieron en colonia siguen siendo iguales". Bueno, eso de que los gobiernos pueden cambiar es cierto, pero no en Cuba.

Que los instrumentos siguen siendo iguales no lo es, porque no son otra cosa que la voluntad política de los gobiernos. La OEA es un espejo de los gobiernos y también del secretario general.

Para añadirle un ángulo estrambótico al asunto, el presidente Chávez declaró que pensaba retirarse de la OEA. Esto es más cónsone con el tipo de gobierno que ha instaurado en Venezuela.

No le gustan las observaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, no le gusta la Carta Democrática. Dijo que haría otra organización. Ya son dos. A lo mejor, Insulza se va con ellos.

Tomado de Noticiero Digital




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