Chávez juega diabólicamente con el miedo que produce la fuerza de las armas
Como en la obra de Lope de Vega "Fuenteovejuna" donde la defensa del honor adquiere una dimensión colectiva con el alzamiento de todo un pueblo contra la tiranía del Comendador, así Curiepe (que ha sido mayoritariamente chavista) se alzó contra el despotismo de la alcaldesa roja-rojita y resistió la violencia desmedida de la GN, vergonzosamente convertida en el brazo armado del partido oficial. Todo comenzó cuando la GN llegó a Curiepe para desalojar a la Junta Parroquial y a Polimiranda de las sedes que habían ocupado por años, y dejar al pueblo sin protección frente el hampa y el crimen desatados. En su propósito de aniquilar la obra del gobernador Capriles, la Alcaldesa se amparó en que todos los organismos públicos fueron construidos sobre terrenos de la municipalidad. Cuando a las 6:00 am un comando de la GN arremetió con bombas lacrimógenas y perdigones contra los vecinos que protegían la sede policial (cerca de 100 habían pernoctado en la Plaza Bolívar). En cuestión de minutos sonaron las campanas y se movilizó el pueblo con el más efectivo de los medios de comunicación: sus tambores. Los manifestantes rodearon las esquinas y calles, colocaron barricadas con pipotes y palos, mientras la GN lanzaba bombas desde tres camiones antimotín, como si estuvieran luchando contra el Imperio. Ya quisiéramos que luchasen así contra el narcotráfico y la guerrilla y no contra un bravo pueblo que estaba reclamando su seguridad y sus derechos. Se comprueba así que el talante totalitario de Chávez permea la conducta de gobernadores y alcaldes chavistas, quienes lejos de solucionar los problemas de sus electores, gastan tiempo y recursos públicos en imitar los enconos de su superior. Los vecinos se defendieron con tal sentido de comunidad, que su lucha fue noticia nacional e internacional. The New York Times publicó el jueves media página con fotografías de los militares arremetiendo brutalmente contra ciudadanos indefensos. Y no de Honduras -como le hubiera gustado decir a Chávez- sino de Curiepe. Allí hubo personas asfixiadas (un hombre de 80 años está en grave estado de salud) y heridas. El enfrentamiento en Curiepe duró todo el día. Al fin el director de Polimiranda, para evitar que siguieran las agresiones contra los manifestantes, sacó los muebles y enseres de la sede policial y los trasladó a la casa de un vecino, desde donde operará el trabajo policial. Seguramente que la Alcaldesa pensará que ganó la batalla porque logró el desalojo. Craso error que comprobará en el masivo rechazo a sus aspiraciones de reelección, al que arrastra también a su jefe mayor.
Chávez juega diabólicamente con el miedo que produce la fuerza de las armas y las constantes amenazas a los trabajadores de perder su empleo en plena crisis económica y con el sector privado en vías de extinción. Ese miedo paraliza y divide al mismo tiempo. Cuando los trabajadores tribunalicios son amenazados con despido si asisten a las asambleas sindicales para decidir sobre un paro nacional a causa de despidos masivos y éstos asisten, están venciendo el miedo y labrando su fuerza laboral y su libertad. Cuando, a despecho de las amenazas presidenciales, los valientes dirigentes sindicales de Guayana decidieron unirse (chavistas, independientes y opositores) y reclamar con firmeza el justo pago de sus vacaciones y pasivos laborales a la par que la reestructuración y recapitalización de las empresas para salvarlas de la voracidad corruptora e inepta de sus gerentes rojitos, están en vías de ganar la batalla de la dignidad. Cuando el enfurecido ministro Ramírez, en abierta violación de la Ley del Trabajo, amenazó a los trabajadores petroleros con no discutir con sindicatos opositores el contrato colectivo largamente vencido y les ordenó "constituir comités socialistas e integrarse a la milicia", so pena de ser "considerados de conspirar contra el Gobierno", se encontró con el duro temple de la mayoría de los sindicatos petroleros, incluidos los hasta hace poco chavistas, que le plantaron cara al Ministro en todo el país.
Falta ahora la sociedad civil. Para el 15 de agosto la arrodillada AN habrá aprobado las leyes que le permitirán a Chávez declarar que ya somos una segunda Cuba. Desaparecerá la propiedad privada, la educación libre y de calidad, enmudecerá la crítica y convertirá las elecciones en un simulacro grotesco a través de la nueva ley electoral. Para entonces se habrá apoderado también de las emisoras de radio y estarán fuera del aire quienes han mostrado la desnudez del rey.
El pueblo de Curiepe ganó la batalla de la dignidad, tan escasa en los tiempos que corren, porque derrotó el miedo paralizante que enmudece a tantos venezolanos entumecidos ante la destrucción del país y la violación constante de sus derechos humanos. Sigamos el ejemplo que Curiepe dio.
Tomado de El Universal
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