jueves, 16 de julio de 2009

Editorial El Nacional 16/07/2009 Chantaje chavista

Contra los obreros

Chantaje chavista

"El Gobierno no discutirá el contrato del sector hidrocarburos con ningún sindicato opuesto a la ideología del presidente Chávez, advirtió el ministro de Energía y Petróleo y presidente de Pdvsa, Rafael Ramírez", informó ayer la prensa. Es muy difícil encontrar un mejor ejemplo del talante antiobrero, antidemocrático y personalista de este régimen.

En primer lugar, actúa como si la contratación colectiva no fuera un derecho adquirido sino una concesión graciosa del patrono. En segundo lugar, se inmiscuye en las elecciones de los trabajadores sin ningún recato y, por si fuera poco, incursiona en la propia conciencia de los obreros, a quienes intenta imponerles la disparatada manera de pensar del presidente Chávez. Todo esto como condición indispensable para que los obreros puedan defender la comida de sus hijos y lograr una remuneración adecuada por su trabajo.

Pero el chantaje no se queda ahí. Niega el derecho al trabajo de los obreros cuando afirma que no deben ser empleados de la primera industria nacional quienes no sean rojos, rojitos y, peor aún, amenaza con declarar como enemigos a quienes no se plieguen a Chávez y a este disparate que él llama "su revolución".

"Quien no esté en un comité socialista es sospechoso de conspirar contra la revolución", es otra de las afirmaciones de Rafael Ramírez, jefe de Pdvsa y vicepresidente del PSUV, quien sueña con imponer a todos los venezolanos un partido único. Sólo espera el momento en que encuentre un arma de chantaje adecuada como la que ahora quiere aplicarle a los trabajadores del sector petrolero.

Estas declaraciones resultan muy oportunas, porque permiten mostrar a la población y al mundo las actitudes poco democráticas del Gobierno y la manera como viola sin empacho los tratados internacionales de la OIT, la ONU y la OEA. También destacan la soberbia y el desprecio por los derechos adquiridos cuando Chávez entra en trato con los desposeídos y las masas trabajadoras.

Aunque no ha sido dicho con tanto descaro, es posible que el mismo principio se esté aplicando en las misiones. De manera que a quien "sea opuesto a la ideología del presidente Chávez" se le niegue el derecho a los servicios que dice prestar, por ejemplo, Barrio Adentro y se le exija pertenecer a un "comité socialista" para recetarle un antibiótico.

También dejan en claro que si los planes de la camarilla cívico militar que hoy nos gobierna pretenden beneficiar a alguien que no sea de la boliburguesía, sólo sería posible si éste se pliega al pensamiento único de adoración a Chávez y al jefe de Pdvsa.

Afortunadamente, los trabajadores venezolanos tienen suficientes años de experiencia de vida democrática como para caer en tan burdo chantaje. Saben que los derechos no se piden sino que se conquistan y que son pasajeros quienes ahora se sienten dueños de una riqueza corrupta que ellos proclaman que es de todos. Además, a lo largo de su historia el pueblo venezolano ha mostrado que posee una dignidad que no admite chantajes.


Tomado de Noticiero Digital




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