miércoles, 22 de julio de 2009

Editorial El Nacional 22/07/2009 Los frutos de una huelga

Frutos de una huelga

Para fortuna de la mayoría de los venezolanos, los representantes de la oposición democrática que viajaron a Washington para reunirse con el secretario general de la OEA han tenido un éxito mayor de los esperado. No sólo se entrevistaron con José Miguel Insulza y obtuvieron de este jabonoso funcionario unas declaraciones que le deben haber caído a Chávez como un camión de piedras, sino que lograron atraer la atención de la opinión pública del hemisferio y de los países de Europa, sobre la masacre de las instituciones que se está cometiendo en Venezuela.

Este repunte internacional de la oposición venezolana se da en condiciones muy difíciles porque, hasta hace poco, la diplomacia de los petrodólares había reclutado a un grupillo (es decir un grupo de pillos) de gobiernos que veían a los opositores internos de Hugo Chávez como si padecieran una enfermedad en extremo contagiosa. Con la llegada al poder del presidente Barak Obama, el aislamiento de la oposición parecía profundizarse, incluso entre los sectores del Partido Demócrata estadounidense.

Pero gracias a Dios y a Honduras, las cosas han ido cambiando a favor de la oposición venezolana por las torpezas internacionales tanto del presidente Chávez como del resto de la Alianza Bolivariana que, en grupo, pasaron por encima de la Organización de Estados Americanos, y propusieron de inmediato un boicot comercial y la suspensión de todas las ayudas de los organismo internacionales.

En ese punto se les cayó la careta: Chávez había dado una larga batalla diplomática para que el boicot económico dejara de ser una castigo estadounidense para Cuba, pero sin medir las consecuencias propuso una medida idéntica al "boicot imperialista norteamericano" contra el humilde pueblo hondureño que, por décadas, ha sufrido hambre, desempleo y desnutrición. Chávez alentó una medida que estrangulará más a un pueblo hambriento, a sabiendas de que, como bien lo demostró Cuba durante 40 años, esas medidas más bien refuerzan el espíritu patriótico y la unión ante una sanción tan bárbara y antihumana. Imaginamos que los hondureños estarán diciendo que si ya pasan hambre por culpa de Chávez, cómo será si el chavista Zelaya y su "narcogobierno" regresan al poder.

En medio de ese desbarajuste centroamericano al alcalde metropolitano, Antonio Ledezma, se le ocurre aquí en Caracas asumir el reto de una huelga de hambre, en un gesto espontáneo, valiente y muy venezolano, para exigir que se le reconozcan sus derechos como alcalde elegido por la voluntad popular.

Su olfato político funcionó certeramente porque los caraqueños al principio, y el resto del país después, apoyaron su actitud valiente y arrojada, su decisión de poner en peligro su salud y su vida, a cambio de rescatar lo que había ganado en buena lid.

Frente a un Presidente correlón y que se le aflojan las guruperas cuando oye un tiro, el alcalde Ledezma concentró de inmediato el aprecio y respaldo de los venezolanos honestos.

Tomado de Noticiero Digital




,

No hay comentarios: