viernes, 3 de abril de 2009

Laureano Márquez: La penitencia


humor en serio

Penitencia


Viene la Semana Santa, momento para hacer penitencia. Aunque en Venezuela llevamos tiempo en ello, no terminamos de purgar las culpas. Así serán nuestros pecados, que ni aun después de 10 años el Señor se apiada de nosotros.

Por tal razón, recomendamos para esta semana mayor las tres prácticas penitenciales usualmente aconsejadas: * El ayuno. Éste no debe ser confundido con el "hay uno", que es la expresión que uno usa cuando llega al supermercado buscando algún producto escaso y alguien corre rumbo al anaquel mientras grita: "¡Hay uno...hay uno!". El ayuno se refiere, más bien, a la privación voluntaria de la alimentación. Para felicidad de nuestra alma, esta práctica, con la consecuente colaboración de las autoridades, va tomando cada vez más fuerza entre la población. El ayuno contribuye a la expiación de las culpas y ­afortunadamente y gracias a la ayuda de religiosos cubanos­ este trabajo de expiación está bastante extendido ya en el país.

* En segundo lugar, está la oración, que es el esfuerzo del hombre por comunicarse con Dios, cosa que es cada vez más difícil, porque parece que hay en el cielo una serie de círculos concéntricos que protegen al altísimo. Violar esos círculos es sumamente difícil porque los Ángeles guardianes lo impiden.

Hay una postura física para la oración que consiste en juntar las manos y aplaudir, aplaudir a rabiar, por si acaso, por si te agarra una cámara celeste fuera de base. La oración más popular de estos tiempos es el "Padre Fidel".

* El tercer componente de la penitencia es la limosna. Y sobre este punto no hay mayor problema, es bastante probable que en muy poco tiempo estemos todos practicándola.

Hay dos conceptos vinculados con la penitencia. Uno de ellos es la "herejía". En el pasado uno, por muy pecador que fuera, herejía concejales, herejía diputados, pero por las propuestas que formula la ortodoxia, es también casi un hecho que abandonemos la herejía y sea el supremo, directamente, quien designe a las autoridades. El otro es la llamada "conversión". No se trata, naturalmente, de la caja de conversión, sino de abandonar el error y tomar el camino del bien, que no es otro que el que el redentor sugiere.

Aprovechemos pues, hermanos, este tiempo pascual para llamar la atención de Dios, para que vuelva su mirada sobre nosotros, ya que nosotros somos incapaces de hacerlo. Y roguemos que, después de este tránsito por el valle de lagrimas, alcancemos también, algún día, la gloria de la resurrección.

Amen.

Tomado de Noticiero Digital


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1 comentario:

Mariaté dijo...

¡Excelente editorial de Laureano en Tal Cual! Por desgracia, así estamos: lo político en Venezuela, en vez de ser un elemento más de la cotidianidad de la persona y una mediación -entre otras- para interpretar la realidad, se ha convertido en LA mediación (así, en altas, que indican su absoluto)... incluso de nuestra relación con Dios. Hasta tal punto de enajenación hemos llegado. Así, la tesis sobre la alienación de Carlos Marx -tan manipulado por el "todopoderoso" presidente Chávez- refuerza su vigencia en el tiempo. Por demás... ¡Dios nos agarre confesados!
Para trascender y salir de esta dinámica de muerte, vale la pena recobrar la penitencia: el ayuno, la oración y la limosna, como tres formas de hacer felices a los demás... a todos, sin exclusiones. Se trata de nadar contracorriente, para que, al menos en la praxis, no haya exclusiones, ni siquiera ideológicas... Así, la resurrección de Jesús puede permear tanta muerte que se ha instaurado entre nosotros.