martes, 21 de abril de 2009

A quien le conviene mas el asilo, a Rosales o a Chavez?


Ya son tres los casos que a mí me provocan suspicacia. El viejo pendejo (por los decretos, no por la fuga) del Carmona-Estanga que se le esfuma en plenas narices a los escoltas encargados de vigilarlo; Nixon Moreno quien como el acartonado James Mason en el papel del Conde Rupert de Hentzau en “El Prisionero de Zenda” que salta hacia el húmedo foso para escapar, en una acción no tan rocambolesca como la del castillo del Rey Rudolph pero medianamente glamorosa como la de la ventana de la Nunciatura Apostólica; y ahora Manuel Rosales que aparece en tierras del Inca Atahualpa, dejando en la insiforia a todo el aparataje policial que presuntamente tuvo órdenes presidenciales de seguirlo como si fuera su sombra.

Será que acaso, en este estado policial y de Seguridad Nacional en el que vivimos se escapa alguien sin que el gobierno sepa? Serán así de malos los cuerpos policiales para dejarse jugar kikirigüiki de cualquier hijo de vecina que quiera largarse y aventurarse al asilo político en otras latitudes?

No les parece extraño que un elemento que se desgañita ofreciendo a los estudiantes “gas del bueno” y que amenaza con cortar cabezas a las autoridades que no cumplan sus órdenes; que ofrece llevar tanques de guerra a Valencia para tratar de minimizar la votación del “Pollo” Salas; que expulsa al embajador Patrick Duddy y llama “yankees de mierda” a los norteamericanos; o que sentencia lapidariamente desde hace un año: “Rosales, tú vas preso” (sin contar los desaguisados que ha cometido contra Colombia y Uribe), no haya puesto el grito en el cielo por la fuga de Rosales? Que nadie haya caído en su vociferante lista mediática de ultrajantes amenazas, arbitrarias destituciones e injustificados despidos por permitir la huída del Alcalde de Maracaibo?

¿A Chavez le conviene encerrar a Rosales o dejarlo ir? Preso seguiría siendo la voz de la disidencia, sería la construcción de la figura de Rosales como mártir anti-revolucionario y el aglutinamiento del descontento popular en torno a él, esta vez avalada por el propio gobierno; sería cometer el mismo error de CAP cuando recluyó en Yare al comandante y su comitiva, permitiéndole capitalizar superlativamente el anterior error de presentarlo ante las cámaras de televisión para que pronunciara aquel “por ahora”.

Chavez no puede cometer el mismo error de CAP porque conoce en carne propia todos los beneficios políticos que eso le trajo a él y que no puede permitírselos a su vez a Rosales. Creo que prefiere, aunque le duela, ver a Rosales bebiendo leche de tigre y cantando “Alfonsina y el mar” a dúo con Mercedes Sosa, muy orondo en las tascas limeñas, pero cumpliendo la Ley Peruana de Asilo Político: “Artículo 11°.- Obligaciones del asilado Los asilados deberán respetar la Constitución Política y las leyes de la República, y no intervendrán en asuntos políticos o de otra índole que comprometan la seguridad nacional, las relaciones o los intereses del Estado peruano que permitirle, desde la cárcel o la clandestinidad la ingerencia negativa en su revolución personal, personalista, megalómana y endógena del siglo XXI.

Permitir su fuga y posterior asilo es silenciarlo, de una manera elegante y sin que se comprometa el gobierno reconociendo que es mejor así. Ya vendrá el circo legislativo, pero será solo eso… circo. Paradogicamente Rosales le está prestando un buen servicio a este régimen.

“Al enemigo ni agua” porque mejor es ceviche!



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1 comentario:

Eriu Brighid dijo...

Coincido totalmente con lo expuesto en el texto, el comunista no se puede dar el lujo de "fabricar un martir".

Ya lo dijo nuestro amigo Juan Pablo II "desierta y reacciona"