martes, 14 de abril de 2009

Por ese camino transitamos nosotros también (la Cuba de Yoaní Sánchez)

Pueden ser mas parecidas ambas realidades, la que retrata la excelente bloggera Yoaní Sánchez desde su Generación Y, una de las almas de la disidencia cubana y el destino al que nos estamos acercando nosotros en Venezuela?

Podemos contestar con el tristemente famoso: "No vale, yo no creo...", frase convertida en el leit motiv de mediocres, parásitos y faltos de esperanza o podemos mirar con ojo crítico la cantidad de expropiaciones de fincas, haciendas, comercios y empresas, enfundadas en el gran paquete de amenazas que el sector productivo nacional recibe diariamente de este gobierno pro-castrista y suplantadas omnímodamente por cooperativas creadas a la carrera, mal asistidas y quebradas casi todas.

La envidia ha matado la productividad de este país. Baste recordar las caras de alegría del lumpen cuando el presidente, con pitico en boca cual árbitro de segunda blandiendo la tarjeta roja en la cara de algún futbolista, despedía a los trabajadores de PDVSA para luego suplantarlos por los que la quebraron, o los ojos desorbitados y la mueca placentera de las focas que aplaudían las expropiaciones de las arroceras y las amenazas que como espada de Damocles aún penden sobre la cabeza de empresas como la Polar.

Las invasiones a la propiedad privada aupadas, protegidas y con la venia de las autoridades que, cerradas a los justos reclamos de propietarios prefieren beneficiar a quienes nunca se han tomado ni siquiera la molestia de pensar en producir algo por este país.

El hostigamiento a quien no piensa como el "Lider" o no aplaude los semanales dislates del mediocre imitador de Henry Altuve y su Feriaaaaaaa de la Alegríaaaaaaaaa. La persecusión a los gobernadores y alcaldes de oposición, amenazándolos con procedimientos judiciales y con no enviarle los recursos, como si la asignación del Situado Constitucional fuera una prerrogativa dependiente de su humor mañanero o del mayor o menor grado de fiebre revolucionaria que manifieste el paciente y no un derecho consagrado en la Carta Magna.



...................."La Envidia de fiesta".....................

"Una presentación en Power Point, que circula por ahí, detalla el cierre de un famoso restaurante en La Habana. La secuencia de fotos –al parecer hecha por la policía económica (DTI)– muestra las “evidencias” para inculpar a Juan Carlos Fernández García, dueño del paladar Hurón Azul. Terminé de mirar la rudimentaria multimedia con un gesto de asco y no precisamente por los bienes materiales que se mostraban en ella.

La revoltura me la dio confirmar que la tenencia de ciertos objetos parece algo que pueden disfrutar –solamente- quienes nos imponen el “igualitarismo” desde la tribuna. La lista de los “delitos” también contribuyó a mis náuseas: vender “alimentos prohibidos” como langosta y carne de res, tener más de doce sillas en el restaurant, darle crédito a pintores para que comieran allí, erigirse en mecenas de arte, pagar una abultada cuenta de electricidad, poseer mucho dinero en efectivo y –gran osadía– querer abrir un restaurant en Milán. Como si no fuera más fácil autorizar la venta de esos animalitos con antenas que viven en nuestro mar, felicitar a Juan Carlos por su labor de promotor cultural y permitir que cada paladar tenga el número de sillas y empleados que decida. Pero no, autorizar todo eso acarrearía una competencia demasiado fuerte para los ineficientes restaurantes y centros culturales del Estado. Admitir que el Hurón Azul siguiera progresando era correr el riesgo de que un día su propietario quisiera fundar una revista de arte o abrir un museo con su colección privada.

Siento pena por los que tomaron esas fotos. Noto en todo el regodeo del lente sobre la comida la profunda indigencia alimentaria de quienes prepararon el dossier. Tengo una inmensa vergüenza porque la policía de mi país se dedique a encarcelar a ciudadanos emprendedores, mientras las calles se nos llenan de delincuentes que arrebatan carteras, roban y estafan. Estoy triste por el baño de envidia que deben haberse dado los vecinos que le tenían ojeriza a tanta bonanza. Pienso, sobre todo, en el viejito que cuidaba los autos a la entrada del paladar, en la señora que fregaba los platos y ahora se quedó sin trabajo y sobre todo en los hijos de Juan Carlos. Ellos posiblemente hayan comprendido, con el ejemplarizante caso del Hurón Azul, que para prosperar hay que largarse de esta Isla.
"

Tomado del Blog de Yoaní Sánchez


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2 comentarios:

Arcangel Vulcano dijo...

Respetado amigo Padre Carlos Ares, nos complace saludarle desde Epicentro Hispánico, para comunicarle que le hemos transferido a su excelente blog "El Premio Dardos", esperando sea de su agrado y satisfacción.

Le deseamos mucha salud y paz.

Un fraternal y solidario saludo.

cruzado dijo...

Sin duda aqui se va hacia el mismo camino...difundir esto es lo mejor que se puede hacer