miércoles, 25 de marzo de 2009

Editorial El Nacional 25/03/2009

Aplique de medidas

Poco a poco


Para que no se perciba de inmediato su impacto sobre la población, las medidas económicas para afrontar la caída de los precios del petróleo se están administrando poco a poco. Los anuncios del sábado pasado se limitaron al aumento del IVA -que significa alzas de precios- y a un escuálido incremento en el salario mínimo que no compensa ni remotamente la inflación que se acumuló el año pasado.

De esta forma los venezolanos más pobres y la clase media pasan a financiar al Gobierno nacional. También se pedirá a la banca privada que contribuya a llenar el hueco fiscal, mediante un aumento del endeudamiento interno. En todo caso, el dinero de los bancos, que es el de los depositantes, se pondrá igualmente a disposición del apetito voraz de la burocracia militar corrupta.

Pero a diferencia de los consumidores, que cuando pagan el IVA no ven más su dinero, el endeudamiento interno sí exige (como toda transacción financiera) garantías del Estado y pago de intereses. Esto puede significar un impacto adicional para los sectores productivos porque restringe el crédito disponible y reduce la actividad económica.

Con el dinero así obtenido el Gobierno quizás otorgará más créditos por medio de la banca oficial, porque dispondría de más liquidez para repartir grandes sumas entre sus dirigentes y militantes fanáticos. Pero la banca del Estado (con el Industrial a la cabeza) no es un ejemplo para nadie: alto índice de morosidad, bajo o nulo nivel de intermediación, incumplimiento sistemático de las gavetas de crédito y mucha corrupción.

Los anuncios del minipaquete bolivariano van tener, al inicio, un impacto poco visible pero luego se reflejarán directamente en la inflación, en el abastecimiento y en la reducción de la producción y el empleo. Incluso, estos males crecerán cuando se aplique la restricción del uso del dólar para importaciones no suntuarias.

Pero esta medida no se puede analizar hoy porque está prohibido hablar del dólar paralelo y de su uso para el financiamiento de importaciones y otras necesidades.

A la vez, la reformulación del presupuesto está por verse, y en cuanto al otro saludo a la bandera, como lo es la reducción del gasto suntuario y de los altos sueldos de los compinches de Chávez, quizás no viviremos para verlos, ya que desde hace diez años se viene anunciando lo mismo.

De esta manera, el minipaquete bolivariano presentado y precedido con la fanfarria de la toma militar de los puertos, resultó un rugido de ratón. Se trata de unas alocadas medidas que no constituyen una estrategia de política económica para hacer frente a la baja de ingresos ni a la crisis mundial. Tampoco le dan un impulso a la lucha contra inflación y el desabastecimiento, y mucho menos atacan sus causas.

En cambio, reducen el poder adquisitivo de la clase media y de los sectores populares, contribuyen a la recesión productiva y a la contracción del crédito, y dejan abierta la puerta para nuevas medidas oficiales más dolorosas e impopulares.

Tomado de Noticiero Digital


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1 comentario:

Arcangel Vulcano dijo...

Respetado amigo Padre Carlos Ares, nos complace saludarle en la oportunidad de comunicarle, que tiene un merecido premio en nuestro blog Epicentro Hispánico.

Un fraternal saludo.