Recuerdo haber visto, y no por ser una de mis series favoritas, algunos capítulos de “La pequeña casa de la Pradera”, serie lacrimógena y telenovelesca que contaba las vicisitudes de una familia en la Norteamérica rural de finales de 1.800
Así como la trama era contada a través de los ojos de Laura, la hija menor, muchas escenas transcurrían en el set de la escuela del pueblo.
Era frecuente ver como algún párvulo le llevaba de regalo a la maestra una manzana, generalmente roja, ante la mirada indiferente del resto del alumnado, indiferente no porque menospreciaran el gesto, sino porque era algo normal, común y corriente del que todos habían participado alguna vez. Me atrevería a decir que el gesto, hermoso por demás, fue una tradición en el sistema escolar rural norteamericano durante mucho tiempo y no se valoraba como una especie de “hacerse notar”, de “caerle en gracia a la maestra” sino como un reconocimiento agradecido por sus trabajos y esfuerzos. That’s all.
Esa misma serie a la venezolana, tal vez llamada “El pequeño rancho de la invasión” seguro no hubiera contado con ese tipo de escenas. Que un alumno, delante de todos los demás, se le apareciera a la maestra con una manzana o cualquier otro tipo de regalo era prácticamente una sentencia de muerte o peor, la condena al ostracismo mas lapidario.
La víctima, al regresar del escritorio de la maestra y avanzar por la fila de pupitres hubiera sido cargado, vaciado y vuelto a cargar con los más variados e hirientes epítetos acerca de su hombría y de su próximamente alterada integridad física. “Marico” le hubieran aspetado sin rubor alguno; “a la salida te vamos a acoñacear, por jalabola” le hubieran gritado con sordina; chicles disparados con liguita a la diana del pelo y certeramente acomodados para que solo con tijera pudieran desaparecer. El niño, avergonzado tardaría muchos días en alzar la cabeza del libro que, abierto delante de él era como si tuviera todas las páginas en blanco… “en mala hora le vine a traer esa vaina, si al menos lo hubiera hecho escondido...!!!”.
Se acerca la Cumbre de Las Américas y por los vientos que soplan, el presidente Chavez está interesado en sostener una reunión con Mr. Obama (no Obama con él, hay que estar claros), tanto que se ha valido de su homólogo Lula, que si goza de cierto respeto en la Casa Blanca para tramitar diplomáticamente un encuentro previo.
¿Cuál será el interés de Chavez, aparte de, y tal vez, recomendarle un Dry-Cleaning a Barak para que lave el paltó? ¿ofrecerle garantías a las empresas petroleras norteamericanas para que vuelvan y pongan orden en el desastre en que se ha convertido nuestra exploración, explotación y refinación de crudo? Que traigan taladros made in USA porque los chinos se están marchando por falta de money, money, money?
“Barak, hermano, mi sangre, mi color! Déjate de esa paja de estar pensando en energía alternativa, que para suplirte estoy yo; ¿qué? ¿cómo? Ah! Eso de que no te iba a vender mas petróleo fue solo una bravuconada para que la caterva de focas que tengo allá dijera: “ese si es arrecho!”, pero mas nada, cuestión de imagen, tú me entiendes; no mi pana Barak, lo del paltó también; además, tú sabes como soy yo… mira todo lo que le dije al verraco de Alvarito y ahora el cachaco y yo somos uña y mugre.
¿Ah? No chico, me refería al equipo, es que esos Yankees son una mierda que se creen la verga de Triana y no le dan por las patas a los Bravos de Atlanta. Bueno mi pana, porque puedo llamarte “pana” ¿verdad?, aquí te dejo de regalo unas manzanitas que son las más bonitas que he cosechado: decomisamos 300 kilos de cocaína en el Zulia, y en la frontera destruímos 7 laboratorios de droga y decomisamos otros 420 kilos; y por supuesto que con la Coca-Cola estamos buscando una solución amistosa, porque no es que la quiero sacar así nomás, no señor. Ah, panita, y si me puedes hacer el favorcito de que no me piten tanto al Magglio te lo agradecería que ese pana cobra por La Polar pero vota por mí… que le bajen el sonido al micrófono y estamos todos contentos. De lo del Stanford hablamos después, ahora con que me mires me basta. Las manzanas te las dejo en la mesita al lado de la puerta. “Hasta la Victoria mi pana burda”.
Presidente!, presidente!, estamos en directo para Venezolana de Televisión, que nos puede comentar de su reunión con el imperialista Obama… “Bueno, primero le apliqué una “doble Nelson” para que aprendiera quién es el que manda, luego le grité en su cara que Venezuela se respeta y que no vamos a tolerar mas ingerencias de la CIA en suelo patrio; que se olvide de estar financiando golpes de estado y de mandarle dólares a la oposición fascista porque los tenemos pillados. Y ya cuando le iba a puyar los ojos se me puso a llorar, se arrodilló y me dijo: “Chavez, véndeme petróleo”, y yo le dije: “Cuando a mí me de la gana” . Allá se quedó, oliennnndo a azufre, carajo!
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1 comentario:
Padre Carlos:
Está de pinga el texto. Copié un framento en mi blog, con un enlace al tuyo, para que los lectores interesados terminen de leerlo aquí.
Salu2
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