martes, 9 de febrero de 2010

El Zulia castigado con las resoluciones eléctricas del decreto de emergencia

Salió el famoso decreto de la “emergencia eléctrica” y uno de los argumentos a favor del mismo es que ahora, decretada la emergencia, pueden adquirir los equipos necesarios para paliar la crisis… y yo me pregunto ¿era necesario un decreto para hacer lo que en ONCE AÑOS no han hecho? ¿no es eso un signo de mediocridad que por mas que sea impoluto y prístino, da la impresión de esconder otras razones, que mas que energéticas son políticas?

Además, la elección del número de kilovatios mensuales para determinar quienes poseen “alto consumo residencial” (mas de 500 al mes) lo hicieron en base a qué o a quién? Porque si consideramos y comparamos el gasto de energía en Miraflores o la cantidad enorme de kilovatios que se malgastan en las cadenas presidenciales o en los insufribles maratónicos dominicales de “aló presidente”, los 500 kv no serían mas que una brizna lanzada al viento.

Tal vez, y para ser verdaderamente conscientes del problema, el ejecutivo nacional debería ordenar apagar las televisoras y los televisores del país por el tiempo que duren las cadenas y los “alo…”, y las radioemisoras mientras dure el nuevo invento “comunicacional” del presidente, el programa radial “De repente chavez” que anunció con bombos y platillos el día de ayer, y así sería altamente considerable el ahorro de electricidad.

Si embargo, por mas que me demuestre el presidente con “tortas” (que mas torta que la de estos once años) los índices, las variables, los porcentajes y toda esa gama de datos en los bonitos circulitos multicolores (“tortas” como los llamó chavez), que resultan incomprensibles tanto para él como para nosotros los vulgares mortales, nadie me quita de la cabeza que en la intención inicial de quien fuera que lo propusiera, estaba echarle una vaina al Zulia, y hacerle pagar (con calor… y bastante) el que nunca se haya doblegado a las pretensiones chavistas. En una región tan calurosa en la que los ventiladores, los aires acondicionados, los refrigeradores no son un lujo sino una perentoria necesidad, en una región en la que no puedes caminar tres cuadras sin comerte un cepillado (granizado, raspado, snow-ball), beberte un refresco o esperar que el goajiro parta a machetazos el coco y lo vacíe con todo y babita en el vaso con hielo. En una región en la que, al salir del trabajo solo piensas en que si tu mujer encendió el aire acondicionado de la habitación para encontrarla fría cuando llegues, 500 kilovatios mensuales son solo la propina que le dejas al mesero por una buena atención o lo que le das al que te cuida el carro mientras haces tus diligencias en el centro comercial.

Para el Zulia y los zulianos escuchar que 500 kilovatios mensuales es “alto consumo residencial” no pasa de ser un chiste de muy mal gusto contado por un borracho fastidioso con ganas de “romper el grupo”. Y lo peor de todo es que las multas por pasarse de los 500 quienes las sufrimos somos los que estamos legales, los que recibimos mensualmente la factura y la pagamos puntualmente, porque por cada suscriptor legal, deben haber 10 ó 12 “vivos” que están enganchados ilegalmente y esos ni pagan un centavo ni nadie les calcula el consumo de energía ni les ponen multas ni nada por el estilo. Vuelven los ataques contra la clase media, y alguien del entorno debería explicarle al presidente que la oligarquía, los ricos, los que tanto odia, son solo un grupito que no representa ni el 5% de la población nacional (incluyendo los nuevos ricos chavistas, la oligarquía robolucionaria), que una gran parte de la población es (o era) la clase media que es la que verdaderamente mantiene este país y que es la que está siendo golpeada con esas discordantes resoluciones.



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