lunes, 3 de agosto de 2009

Santa Sede: nuevo salto cualitativo


Una de las cosas que mas me maravilla del pontificado de Benito XVI son los saltos cualitativos que ha dado la Santa Madre Iglesia en cuanto a tratar temas que por su evidente categoría de vergüenza, siempre estuvieron condenados a permanecer en la oscuridad de los pasillos de la Curia o en el secreto de las oficinas de los obispos. La Iglesia no es muy dada a los cambios radicales y mas cuando estos pudieran empañar su imagen ante el mundo, y sin embargo Su Santidad no solo ha tenido el coraje, la valentía de colocarlos sobre el tapete de la opinión pública sino que también ha pedido todo el peso de la ley (canónica y civil) para los infractores.

En primer lugar los lamentables y aborrecibles casos de sacerdotes pedófilos. Ante el asombro que causó una petición pública mundial de perdón por parte de Benito XVI a las víctimas de pedofilia siguió el endurecimiento de la praxis contra este tipo de degenerados, llegando hasta el extremo de considerar como “cómplices” a los obispos que, en vez de aplicar medidas canónicas y denunciar ante la autoridad civil competente, se hacían los locos, entaparaban el asunto y terminaban cambiando de parroquia al cura infractor, como si en la nueva parroquia no fueran a hacer lo mismo. A raíz de todo esto, hemos comenzado a ver como los mismos obispos han comenzado a denunciar y a entregar a las autoridades los casos de pedofilia.
http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=17953
http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=14201
http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=26034

Recientemente, el diario italiano La Stampa publicó que el Vaticano (La Congregación para el Clero y el Cardenal Claudio Hummes) estudia la posibilidad de que (lo que anteriormente se le denominaba con el chocante nombre de “hijo sacrílego”) los hijos de sacerdotes concubinarios pudieran ser reconocidos y llevar el apellido del padre.

Este “estudio” tiene dos vertientes o causas.

En primer lugar la justicia para la prole, su derecho a ser reconocida, a llevar los apellidos tanto del padre como de la madre, el derecho a recibir en herencia los bienes propios del sacerdote concubinario. Tutelar los derechos tanto de mujeres como de los hijos.

En segundo lugar evitar el desaguadero que puede representar para una diócesis las demandas por culpa de los abusos de ciertos sacerdotes. La Santa Sede estaría considerando en ese estudio marcar una división entre lo que significan los bienes personales del sacerdote y los bienes eclesiásticos pertenecientes a la Diócesis y, tal como lo dice el artículo de La Stampa, evitar la confusión que, por ejemplo, se ha presentado en la Iglesia norteamericana y que ha causado “desastres” en el patrimonio eclesial por culpa de la infidelidad y mezquindad de sacerdotes que no han sabido cumplir ni sus obligaciones ni sus promesas.

Otra puerta podría abrirse, otro salto cualitativo podría dar la Santa Madre Iglesia como colateralidad al tratamiento del problema. El estudio no contempla sanciones para los sacerdotes concubinarios, sólo los derechos de mujer e hijos. En ese caso (tal como lo contempla La Stampa) ¿no podría la Santa Madre Iglesia readmitir al ejercicio del sacerdocio ministerial a los presbíteros que han sido dispensados de su obligación sacerdotal, que se han casado y tienen hijos y que han dado pruebas de madurez humana y cristiana? (particularmente conozco dos o tres casos que ameritarían esa consideración y que bien valdría la pena que regresaran –si así lo desean- al ejercicio sacerdotal).

Dios permita que el Espíritu Santo lleve su aire a esa ventana de la Iglesia que está abierta o está por abrirse.


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3 comentarios:

El Fantasma de Canterville dijo...

Si se estableciera una frontera entre los bienes de la Iglesia y los bienes personales de cada sacerdote, no habría más razones para que los sacerdotes no pudieran casarse. Que el matrimonio pase a ser una opción más dentro de la vida sacerdotal.

exiliocubanounido dijo...

Disculpen que use este espacio de mensajes con un tema que no viene con el Post.
Pero queremos invitarle al Congreso Virtual Internacional. Por la libertad y contra el totalitarismo pro-comunista.

http://congresovirtualinternacional.blogspot.com

Saludos,

Padre Carlos dijo...

En realidad no. El basamento para el celibato no es la protección de los bienes de la Iglesia. Existe una praxis muy antigua que primero fue localizada en algunos territorios y luego se extendió a toda la Iglesia de occidente que la asumió como el seguimiento de Cristo casto, humilde y pobre.