Callejón sin salida
Con represión pretenden instaurar el miedo y el conformismo
O lo aceptan, o lo aceptan. Aquí no hay términos medios. No admiten que en democracia la disidencia es legal y constitucional. A quien no le guste el socialismo, le espera gas del bueno o la resignación final. Aspiran que todos los venezolanos se conformen y callen ante el modelo comunista que se quiere imponer.
El autoritarismo de los chavistas no tiene límites. Primero se burlan del país y aprueban a la carrera una Ley de Educación que carece de respaldo, pero debían hacerlo para complacer al Caudillo que dio la orden de que debía estar vigente antes del inicio del nuevo año escolar.
Pero además se niegan a permitir que el pueblo disidente muestre su rechazo a la ley ante la Asamblea Nacional, que parece territorio vedado para la alternativa democrática y ser una absoluta zona roja donde sólo quienes son del PSUV tienen la posibilidad de transitar.
Y como el pueblo en pie de lucha quería permanecer en las calles y llegar al parlamento, los esbirros policiales y militares del régimen les echaron gas del bueno para cortar cualquier aspiración de los manifestantes. Y el gas llevaba incluido un discurso político de parte del coronel que estaba al mando de la tropa de asalto y represión.
Ver esa represión como un hecho aislado es un error. Forma parte de un gran plan que quiere imponernos un modelo ya derrotado en los años 60 cuando Fidel Castro financió a la guerrilla comunista en Venezuela. Por un lado venden el fulano socialismo y quien no lo compra es llevado hacia un callejón sin salida.
Chávez y su montonera quieren imponer mediante un asalto político lo que no fueron capaces los guerrilleros con balas. Esa frase “gas del bueno” encierra el deseo de sembrar el miedo y la resignación. Quieren que la disidencia ciudadana se apague y se conforme con lo que hay: socialismo, socialismo y más socialismo; pero con Chávez a la cabeza.
El Presidente desea que los ciudadanos piensen que no hay espacios para disentir, que no vale la pena reclamar, que participar en las marchas de protesta es un riesgo a la vida y que Chávez tiene el control de todo y no hay solución a ese aparato represivo.
Aspiran que los venezolanos resignados abandonen la calle y se guarden en sus casas. Quieren que todo rasgo de disidencia se reduzca. La meta es quitarle pueblo a la oposición, para que los partidos queden solos porque la gente tiene miedo y prefiere salvar su pellejo.
El cerco revolucionario contra la oposición se cierra, pero hay un país que intenta romperlo. Por eso hay dos visiones de país enfrentadas: una radical, represora y sectaria. Mientras la otra es democrática, plural y menos excluyente. La primera tiene el poder de un Estado al cual han secuestrado. Mientras la mayoría sólo tiene el poder de la presión popular.
Esa presión popular atemoriza al Chavismo, porque ellos perdieron esa espontaneidad ciudadana y sus huestes sólo asisten a los eventos presionados por defender su empleo, el beneficio de las misiones o bajo la promesa de una ayuda que nunca llegará.
El Gobierno tiene miedo. Mucho miedo. En las encuestas van en picada. Las misiones no están funcionando. PDVSA está quebrada. Los alimentos escasearán. No hay dinero para importaciones masivas. Y este Gobierno sin plata, pierde su popularidad
Por eso presiona. Para eso usa el gas del bueno y sus gorilas represivos. Quiere evitar a costa de lo sea qué la protesta popular tome cuerpo y eso pasa por acobardar a los ciudadanos. Cada bomba lanzada es una amenaza que le dice al pueblo: si reclamas tus derechos, tu vida corre peligro.
Chávez sabe que la única vía para que su revolución sobreviva es la represión feroz contra todo vestigio de disidencia. Si no logra, como hasta ahora, sembrar el miedo generalizado, su proceso corre peligro. Si no logra evitar que la gente salga a manifestar su descontento, su revolución tiene los días contados.
El Gobierno tiene un marcado deterioro y por eso de Gobierno populista, ahora tiene un rostro de represión tremendo. Se acerca la explosión final y con ella llegará la quiebra social, económica, política, militar y la quiebra definitiva de la revolución a pesar que Chávez se empeña con fuerza en meter al país en un callejón sin salida. De nuevo INFORME cumple con su responsabilidad de alertar sobre los peligros que se acercan al país.
Tomado de Noticiero Digital
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