Los Obispos de Venezuela nos encontramos de regreso a Casa después de una intensa labor realizada en la ciudad eterna, Roma, al lado de la tumba de los Apóstoles. Como sucesores de los Apóstoles estamos envueltos en responsabilidades que se reflejan en la cruz que llevamos en nuestro pecho llamada “pectoral” y que viene a significar que todo lo que obramos lo hacemos en nombre del Señor.
Hemos estado en Visita ad Limina Apostolorum, dando razón del trabajo pastoral que conjuntamente con los sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, realizamos en nuestras distintas Diócesis y que se ha plasmado en un informe no menor de 200 páginas que hemos consignado al Vaticano para su estudio; podríamos decir que es una supervisión a la gestión de los Obispos en cada una de sus Diócesis y al actuar de la Conferencia Episcopal en pleno. Hemos tenido 28 reuniones en 15 días, cada Obispo ha tenido una audiencia privada con el Papa Benedicto XVI, que ha sido una conversa amable, responsable y esperanzadora, donde expusimos al Papa la dinámica evangelizadora de cada una de las Iglesias particulares y donde escuchamos preguntas de interés sobre nuestra labor. Igualmente tuvimos una audiencia general como Conferencia Episcopal, donde hemos escuchado la voz del pastor universal indicándonos algunos aspectos importantes para la labor pastoral en Venezuela.
La Visita ad Limina no es algo puramente administrativo o jurídico, sino principalmente espiritual y pastoral, aunque lo otro también está presente; por eso, todos los días celebrábamos la Santa Misa en grupo. Tuvimos la oportunidad también de celebrar la Eucaristía en cada una de las cuatro Basílicas Mayores: San Pedro, Santa María la Mayor, San Juan de Letrán y San Pablo fuera de los muros; igualmente celebramos la Santa Misa en la Cartuja de Farneta, Lucca, Toscana, donde estuvo por un tiempo el Dr José Gregorio Hernández y donde fue fusilado Mons. Montes de Oca, Caroreño, antiguo Obispo de Valencia, Venezuela. Estos momentos de espiritualidad copaban el ánimo de cada uno de los Obispos al sentir la tradición de la Iglesia de manera patente a través de la Liturgia, el arte, la universalidad de la Iglesia y el sentir vivo de un pueblo que está despierto ante el maravilloso acontecimiento Eucarístico.
¿Qué instancias del Vaticano visitamos en reuniones de trabajo?. En cuanto a las Congregaciones: Para los Obispos, para el culto divino y disciplina de los sacramentos, para los Institutos de vida consagrada, para la causa de los santos, para la educación católica y seminarios, para la doctrina de la fe, para las Iglesias orientales, para el clero, para la evangelización de los pueblos. En cuanto a los Consejos Pontificios: para la pastoral de la salud, para las comunicaciones sociales, para la pastoral de los Migrantes e itinerantes, para la familia, para los laicos, para la justicia y la paz, “Cor Unum”, para la unidad de los cristianos, para la cultura. Otras instituciones visitadas fueron: La Comisión para América Latina, la II sección de la Secretaria de Estado para las relaciones con los Estados, el Sínodo de los Obispos, La penitencieria Apostólica, el Istituto per le Opere di Religione, Caritas internationalis, Tribunal de la Signatura Apostólica, La Conferencia Episcopal Italiana, la Universidad y fundación Lateranense, el Colegio venezolano en Roma; igualmente a los representantes de Adveniat y Kirche in Not de Alemania.
Toda la riqueza de esta visita no puede opacarse por unas declaraciones sentidas en un contexto de polarización política, donde cualquier cosa suena a amenaza; la riqueza inmensa estuvo en abrir el horizonte de visión de las grandes tareas que tiene que desempeñar la Iglesia en época de muchos cambios culturales, donde surgen serias preguntas para la fe y la persona humana: ¿Cómo creer hoy en realidades de opresión y dominación?, ¿En qué Dios creemos realmente?, ¿Cuál es mi identidad con la Iglesia que me ha acogido y formado en la fe?, ¿Cómo plantear las cuestiones fundamentales de la vida humana: libertad, justicia, paz, amor, dignidad, solidaridad…?, y muchas otras. Por tanto, en nuestro país debemos elevar la mente y asumir con conciencia crítica toda nuestra realidad que no es otra cosa que lo que nos sucede a diario.
Los Obispos hemos salido favorecido de esta Visita ad Limina, nos encontramos con esperanza y más unidos que nunca, sentimos la fuerza del Espíritu del Señor que nos anima a entregarnos generosamente a nuestro pueblo desde el Evangelio, sabemos que somos asistidos por el amor de la Santísima Virgen María quien nos manda a dirigirnos a su Hijo. Retornamos, pues, para seguir la aventura de la fe signada a partir de este diecinueve de Junio con la apertura del Año Sacerdotal, significativo en el hoy de nuestra Iglesia en medio de una tarea evangelizadora planteada desde el Concilio plenario de Venezuela y el documento de Aparecida, a través de la Misión Continental en Venezuela.
+José Luis Azuaje Ayala.
Obispo de El Vigía-San Carlos del Zulia.
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