La convergencia nacional.
Mesa de la unidad.
Los partidos de oposición tomaron una decisión en consonancia con las grandes expectativas del pueblo venezolano. Al constituir la Mesa de la Unidad estas organizaciones reconocen los desafíos históricos que tiene planteada la democracia frente a un régimen autoritario que, día a día, se compromete más en ahogar las instituciones públicas y privadas.
De la misma forma, el régimen busca desacreditar las organizaciones políticas, difamar y socavar a los medios de comunicación, y armar una nueva maraña "legal" que le permita al partido único del Presidente de la República controlar el poder con sus anillos de hierro. Allí está el nuevo proyecto de ley electoral, mejor llamada "ley del PSUV": un instrumento concebido para asesinar la democracia.
Por ello, la unidad de la oposición es un mandato popular, un clamor que recorre el país. Es la única alternativa que tienen todos aquellos que perciben las tendencias absolutistas de Hugo Chávez. En torno a la Mesa de la Unidad se sentarán los venezolanos que sienten como el país está siendo condenado a la más espantosa ruina y entregado a la voracidad de otros países. Desde una posición civilista y democrática se enfrentan al poder no de un partido ni de un gobierno, sino del Estado petrolero, secuestrado y puesto al servicio de las ambiciones del Presidente.
Lo que sucede en Venezuela es una vergüenza. Después de malversar más de 900.000 millones de dólares, ahora el jefe del Estado anda buscando créditos para financiar sus desquiciados proyectos socialistas. La administración pública es un gran fracaso, y la corrupción prolifera en ministerios, institutos y corporaciones como las de Guayana. El Presidente jura ante el mundo "que Pdvsa no está quebrada". Que explique cómo y porqué, en época de precios petroleros que sobrepasaron los 130 dólares el barril, Pdvsa está condenada al endeudamiento. Que publique las cifras verdaderas y comprobaremos que no es "una vulgar campaña de los burgueses enemigos de la patria".
La unidad debe ser consolidada. Quien no esté de acuerdo con la unidad, por egoísmos, ambiciones, vanidades o por miopías inevitables, que se margine en silencio. La hora es crítica y no hay lugar para dudas ni esperas.
La unidad tiene tareas muy claras: 1) Definir una agenda urgente. 2) Defender el Estado de Derecho. 3) Organizar la lucha de masas. 4) Librar una batalla a fondo contra la corrupción. 5) Denunciar sistemáticamente a los ladrones enquistados en los poderes del Estado. 6) Obligar al Presidente a presentar sus cuentas. 7) Demostrarle al gobierno bolivariano que no habrá miedo, y que la unidad irá hasta el momento final.
La Mesa de la Unidad debe prometerle al país que abogará hasta lograr que el Presidente de la República cumpla la Constitución y se baje (en paracaídas) de la nube marxista-leninista-fidelista en que ha sido envuelto por agentes extranjeros, con intereses económicos dirigidos a apoderarse de las riquezas de Venezuela, traficando con una falsa "solidaridad revolucionaria".
Tomado de Noticiero Digital
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