sábado, 27 de junio de 2009

Editorial El Nacional 27/06/2009 "Diplomacia y azar"

Las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos están a punto de entrar en un periodo de extrañas circunstancias, capaces de atraer las miradas de los analistas internacionales, y no descartamos la atención también de las escuelas de asuntos internacionales. Luego del episodio de la declaración de persona non grata al embajador de Estados Unidos, Patrick Duddy, y de la salida en iguales condiciones, (reciprocidad llaman a esto), del embajador Bernardo Álvarez de su cargo en Washington, ahora, y por arte de magia, como si aquí no hubiera pasado nada, los embajadores retornan a sus antiguos cargos. Como si los ríos comenzaran a correr en sentido contrario, la diplomacia venezolano-estadounidense echa borrón y cuenta nueva.

Los no gratos serán ahora gratos. Tanto el Departamento de Estado como el Ministerio de Relaciones Exteriores se han limitado a informar que los embajadores Duddy y Álvarez se cruzarán en el camino. Vuelven, pero sin que los países se enteren de lo sucedido, ni de la revisión de las razones que tuvo el presidente Chávez para pedirle a Patrick Duddy que saliera del país.

Parece que el milagro se operó en la Cumbre de Trinidad-Tobago después de que Obama y Chávez se dieron la mano. A su vuelta a Caracas, Chávez resolvió por cuenta propia anunciar que designaba al embajador Roy Chaderton como representante ante la Casa Blanca.

Al Presidente nadie ha podido ilustrarlo sobre el método que se debe seguir para nombrar embajadores. Primero se solicita y de manera reservada el plácet. Es el Estado ante el cual se acreditan los embajadores el que tiene la última palabra. Estados Unidos no aceptó esta decisión unilateral. De ahí la vuelta de los antiguos diplomáticos, un acto que merecería explicaciones para una opinión pública desconcertada.

Los venezolanos queremos unas relaciones normales y respetuosas con Estados Unidos. Si de eso se trata, aceptaremos como inteligente esta solución tomada. Es una manera de cubrir con un manto de silencio piadoso lo que fue un fiasco. Sin echarle sal a la herida, lo que ahora queda es formular votos porque el regreso de los embajadores sea más que un gesto, sometido a las acechanzas de unas relaciones no bien definidas ni comprendidas. Han sido dañinos para ambas naciones los desencuentros en las relaciones bilaterales. Estados Unidos es el primer gran mercado del petróleo venezolano. Como ningún otro país de la región, Venezuela tiene inversiones en Estados Unidos, sin considerar los innumerables vínculos humanos y económicos que la tradición ha consolidado. Razones más que fundamentales para abordarlas y asumirlas con responsabilidad. Basta ya de usar al imperialismo como slogan barato.

Las relaciones son sustanciales, y por consiguiente, es de responsabilidad y de respeto a los pueblos conducirlas otorgándoles la gran jerarquía que tienen. Con todo el misterio y las indefiniciones que rodean el regreso de los embajadores, ojalá que no sea un episodio provisional o una prueba azarosa.

Tomado de Noticiero Digital




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