sábado, 9 de enero de 2010

La columna del Padre José Palmar 09/01/2010 "El mal chavista"

En 1960 en los Países Bajos se dio el fenómeno económico denominado el “mal holandés”, se titula así a las consecuencias perniciosas que experimentó la economía neerlandesa ante el descubrimiento de grandes yacimientos de gas en el Mar Norte. Las derivaciones nefastas fueron: la depreciación del florín, perjuicio a la competitividad de las exportaciones y riqueza mal gastada por el gobierno.

Se puede hablar con toda propiedad para el mundo de las teorías económicas del vocablo: “mal chavista”, esta expresión resume genialmente toda la gama de inoperancia, incompetencia, incapacidad, torpeza e ineptitud de las políticas económicas de un gobierno chavista que once años ha tenido un ministro de finanzas por año, una desmonetización disfrazada de reconversión monetaria, un cambio dual donde impera el dólar permuta y una banca pública a la merced de los caprichos y espasmos mentales de un “Presidente regalón” que maneja el dinero del erario nacional como si estuvieran depositados en un colchón marital y no en un Banco Central decente, autónomo e independiente.

El Alto Gobierno chavista estuvo cinco años deteniendo a mansalva este crack financiero venezolano. A punta de barriles de crudo muy caro, misiones sociales engañosas, bonos lavadores, contabilidades maquilladas, cuentas públicas fraudulentas, mercados paralelos de divisas extrajeras, magnicidios ficticios, insultos repetitivos a la Casa Blanca, al Vaticano y hasta en la propia sede de la ONU en Manhattan –donde la picuda nariz de Chávez solo percibe el azufre ajeno y no le hiede lo que él apesta, claro, porque a nadie le hiede sus propias flatulencias- represión social e institucional, controles mediáticos, cierres de medios de comunicación social y de muchísima habladera de paja en las cadenas presidenciales lograron correr hábilmente la arruga del caos económico hasta el pasado “viernes rojo rojito”.

La ineficacia tecnoeconómica y la corrupción galopante arrastraron al Hegemón de Miraflores a quitarse la careta ante el mundo. Los tarifados periodistas rojitos hablan de “ajuste”, el propio gobierno habla del término propio y exacto de la “devaluación”. En palabras entendibles, el Gobierno de Chávez tendrá mucho más dinero para gastar y regalar, y los ciudadanos comunes tendremos menos poder adquisitivo para comprar y pagar.

Un país donde los sectores de producción están deprimidos y acorralados, una devaluación en factor sorpresa pudiera incentivar la competitividad industrial y comercial interna, pero teniendo en cuenta que el 87% de los insumos, maquinarias y materia prima para trabajar se importa con dólares en mano, es de suponer que la devaluación –que coloca un dólar paralelo a un precio inaccesible- llevará a la quiebra fortuita y fraudulenta del aparato productor venezolano, liquidando así la economía interna del país. Habrá un respiro para el Gobierno, recibirá el doble por las exportaciones, mantendrá la política de subsidios y se incrementará el sistema de tributos y aranceles –más impuestos para el pueblo-.

El Presidente Chávez tendrá el doble del dinero previsto para el 2010, por su parte el pueblo venezolano tendrá la mitad del dinero esperado. En un año electoral y con las encuestas en contra, tendremos a un populista Presidente vestido de rojo regalando plata a granel para calmar las masas empobrecidas.

Las gallinas de los huevos de oro de PDVSA y Guayana no tienen vida productiva y económica. La plata para el Presidente regalón no la pueden sacar de los pozos petroleros, ni de las minas de oriente, la sacarán de los bolsillos de la gente. La vía más rápida y segura para exprimir al pueblo será por el pago de los impuestos al SENIAT-que en el 2009 casi dotó al presupuesto nacional en un 70% y donde apenas PDVSA alcanzó un 20%.

El bolívar cuarto republicano se mantuvo firme durante 24 años y cinco días, desde el 13 de febrero de 1959 –toma de mando de Rómulo Betancourt- hasta el 18 de febrero de 1983 –con el llamado “viernes negro” de Luís Herrera Campins. Por su parte el mal llamado “Bolívar fuerte” apenas se mantuvo por espacio de dos años y siete días, desde el 01 de enero de 2008 – fecha de inicio del curso legal de la nueva moneda- hasta el 8 de enero de 2010 día fatal este gobierno que se encuentra en caída libre.

Con el síndrome de este “mal chavista” caben algunas preguntas: ¿Hasta cuándo se sostendrán los precios de la gasolina es subsidiada en 408%? ¿Con éste caos financiero está al vilo las elecciones parlamentarias? ¿Ante esta debacle social y económica se verá obligado Hugo Chávez a convocar otra Asamblea Constituyente? ¿Resistirá el Inquilino de Miraflores la operación militar norteamericana de “peinar” las zonas tomadas por la guerrilla colombiana? ¿Los militares venezolanos seguirán rendidos a los pies de su Comandante en Jefe y se convertirá Venezuela en el aliviadero del terrorismo de las FARC-EP? Y la pregunta de las 10 mil lochas fuertes: ¿La oposición seguirá dando tumbos y tambos entre la división y el egoísmo partidista mientras el pueblo de Venezuela sucumbe en el caos y la miseria?

La última que sale desde mi alma: ¿Cuántos chavistas quedarán en el país? Cuando les dije hace unos meses que faltaba poco, algunos pensaron que era mentira, ya comienza la gran verdad. Decirles feliz año 2010 es como una frase llena de fingimiento y ficción. Que Dios les bendiga.


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1 comentario:

Inés de Cuevas dijo...

Respetado Amigo, en mi blog publiqué este artículo, tomándolo de aquí.
Excelente!

Abrazos de solidaridad.

Inés de Cuevas