Hay varias maneras de interpretar los procesos de transición. Una es desde una autocracia, o dictadura, hacia un régimen democrático, lo cual puede suceder de manera violenta o pacífica. En Venezuela, las veces que se han producido en el siglo XX esas transiciones han sido pacíficas: después de la muerte de Gómez en adelante (López-Medina) o luego del derrocamiento de la dictadura de Pérez Jiménez con Larrazábal mediante una resistencia de 10 años y con las jornadas que cubren todo el mes de enero de 1958. Desde 1903 quedaron conjuradas las guerras civiles que azotaron a la República durante el siglo XIX.
Pérez Jiménez asustaba al país con el caos si su gobierno, que ejercía a base del terror y de la SN, era suplantado. Un amplio movimiento de unidad nacional permitió garantizar la gobernabilidad y aplastar las intentonas de retorno militar. Fidel, Chávez y sus secuaces intentan manipular en la misma dirección perezjimenista. Su derrota, y la primera será en el año 2010. Después de 11 años de fracasos en el difícil arte de gobernar por parte de Hugo Chávez, seguro se abrirá al país la oportunidad de reencontrarse, liquidar los odios, gobernar para todos los venezolanos, sin excepción, incluir sin excluir en pocas palabras, y tomar la senda de la justicia social sustituyendo el vulgar clientelismo del autócrata que se remite a dar dádivas si se ponen una camisa roja o lo apoyan.
Once años han desmontado esta farsa a la cual se le quiere encubrir con socialismo del siglo XXI y con la transición. Esta transición es una vulgar copia de textos marxistas según los cuales durante este período, para vencer la resistencia de las clases desalojadas del poder, se reclama la dictadura. Así no más. Esa tesis ha sido rechazada. Esa práctica conduce al totalitarismo, al reforzamiento de los aparatos represivos del Estado. El sueño de una sociedad sin clases y sin Estado en la cruda realidad es un aparato policialrepresivo que actúa para perpetuarse en el poder y echar a un lado la Constitución.
Estamos ante una transición hacia el totalitarismo. La unidad es para derrotar esa pretensión de Chávez,para crear una nueva realidad, formar un nuevo gobierno y darle gobernabilidad con la más amplia unidad nacional.
Chávez no podrá huir hacia delante. Está en el camino de la derrota. Se cumplió su tiempo.
Fracasó. Este es el hecho irreversible. El futuro inmediato de Venezuela a partir de 2010 es vivir en democracia, en paz, con justicia social. Eso debe ser repetido hasta el cansancio. Llegó la hora de unir fuerzas para cambiar.
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