A confesión de partes… y luego de más de diez años de fracaso en el manejo de la economía, por fin un ministro del Gobierno de Hugo Chávez tuvo la decencia de aceptar que no dan pie con bola en el manejo económico. Lo que han hecho es poner la torta completa con el más de un billón de dólares que han tenido entre sus manos.
¿Cómo es posible que después de haber ingresado al Estado venezolano más de un billón de dólares salgan reconociendo que la economía está en crisis? ¿Dónde están esos cobres que debieron usarse para apuntalar el crecimiento del país y la solución de fondo de los graves problemas que se acumulan en la nación?
Puro derroche. No sólo hay ineficiencia como dice el ministro de Planificación, Jorge Giordani, también hay un claro manejo inmoral de los recursos. Y cuando hablamos de inmoral no sólo hablamos del dineral que se ha escapado por las cañerías de la corrupción.
También estamos hablando de todo el dinero que se usa para regalar y comprar conciencias en otros países. Si robarse el dinero que debías ser destinado para una obra es un delito, también lo es regalar a manos llenas el dinero que debe ser usado para solventar las dificultades que agobian a los venezolanos ¿Obsequiar lo que no te pertenece no sólo es una aberración, sino también un delito grave?
Venezuela está en una severa crisis a todo nivel. El Gobierno de Hugo Chávez no sólo dinamitó a las instituciones, sino que acabó con la inmensa riqueza que durante más de 10 años han manejado de forma irresponsable e ineficiente. Mientras quemaron más de un billón de dólares, los problemas se agravaron afectando a la mayoría de los venezolanos.
Han manejado más dinero que todos los gobiernos juntos de los 40 años anteriores y todavía tienen el coraje de acusar a la IV República de las necesidades insatisfechas de los venezolanos. No son capaces de admitir que todos los viejos y los nuevos problemas han podido resolverlos en la década que ya acumulan regentando el poder.
No han podido articular una política económica medianamente efectiva, por que se han empeñado en acabar con quienes deberían ser los aliados naturales de un Gobierno en esa labor de enrumbar la economía: el sector privado a quienes persiguen y aniquilan.
Sin una genuina alianza con el empresariado es imposible movilizar el aparato productivo nacional, el cual, por cierto, luce obsoleto y paralizado ante la carencia de una orientación económica adecuada. La elevada inflación es una prueba de cómo el Gobierno fracasa, porque ningún plan sin el concurso de los empresarios puede derrotar a un fenómeno tan nocivo como la inflación que afecta principalmente a los que menos tienen.
Venezuela importa casi todo lo que la población consume y necesita, porque en su afán socialista el Gobierno ataca al sector privado bajo el argumento del capitalismo salvaje y eso se traduce en la extrema dependencia que tenemos para disponer de alimentos y otros bienes que provienen del exterior.
¿Qué ha hecho el Gobierno con ese montón de dinero que ha entrado al país? Nadie sabe. Y cómo se explica que con tanto dinero vivamos en un racionamiento total. No hay suficiente generación de electricidad y por eso mantienen a la nación en un permanente racionamiento.
Con más de un billón de dólares de ingresos en 10 años, no se justifica el estado de desinversión y deterioro que caracteriza al sistema de generación y distribución de electricidad en el país ¿A dónde han ido a parar tantos recursos por concepto de venta de petróleo.
El resto de los servicios públicos y la infraestructura del país están a punto de colapsar. En Maracaibo, capital del estado Zulia, se vive una crisis grave en materia de suministro de agua potable y no hay inversiones serias y responsables para solventar la crisis.
El desempleo no desciende, sino que es sometido a un maquillaje para que las cifras conviertan en un éxito, lo que ha sido otro factor dentro del fracaso. Lo mismo ocurre con la pobreza que sólo ha bajado en la creativa mente de algunos revolucionarios que juegan con los indicadores. Chávez es el Presidente que más habla de los pobres, pero que poco hace por ellos.
La economía está peor que en 1998 cuando Chávez ganó las elecciones presidenciales. Sigue siendo extremadamente dependiente del petróleo, pero además ahora somos más dependientes de las importaciones porque se produce menos en el país.
Están destruyendo a la economía nacional. Nos dejarán quebrados y endeudados. Derrocharon más de un billón de dólares y el país está casi en ruinas. La bonanza se acabó y el ministro Giordani sólo atina a confesar el fracaso. Chávez tiene que explicar al país qué hizo con tanto dinero. El presidente pasará a la historia por lo que pudo hacer y no hizo.
Tomado de Diario INFORME
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