miércoles, 31 de diciembre de 2008

Editorial El Nacional 30/12/2008

Editorial
El Nacional



Fin del engaño

Venezuela sufrida


El país se mueve entre las graves preocupaciones mundiales y los inmensos y agudos problemas que sufrimos los venezolanos en la vida diaria. Vemos con preocupación cómo las relaciones internacionales del país se deterioran y se vuelven una suerte de lluvia ácida que cae, inevitablemente, sobre nosotros. Entre la ferocidad de la violencia verbal e institucional del Gobierno, y la inestabilidad de los precios petroleros, la inflación y la caída estrepitosa en el crecimiento del producto interno bruto, nos sentimos alejados de la suerte y de la virtud de la vida.

Que haya caído el PIB nos parece increíble, pues si algo se ha incrementado en estos últimos diez años es, precisamente, lo bruto. No sólo en las medidas oficiales que el Gobierno trata de hacer aparecer como paliativos sociales, sino en aquellos decretos que están directamente vinculados a la demagogia. Hoy no podemos decir, con sinceridad, que la sociedad venezolana se ha transformado sino que, como era de esperarse, se ha embrutecido. Y en esto no hay un giro despreciativo hacia nadie sino que está directamente relacionado con la incapacidad del oficialismo para reconocer sus propios errores cuando, en la actualidad, se ha abocado al manejo de las situaciones complejas de la economía y de las relaciones internacionales.

Errores tras errores, tropiezos tras tropiezos, desaires tras desaires, la política internacional venezolana va de caída en caída. Y ni se diga la política interna: 2008 ha sido el año de los escándalos de la corrupción, de los ministros y gobernadores del chavismo que han traicionado los preceptos éticos que, a voz en cuello, lanzó el presidente Hugo Chávez cuando era candidato. Se encuentra rodeado de gente que ya estaría en la cárcel, si no fuera porque el contralor Rufián le es adepto.

Basta mencionar los escándalos de los niños cantores de Miami, la maleta de Antonini (o propiamente de Ramírez), los guisos familiares en Barinas y los de sus alcaldes en Caracas. Los presuntos embarques fraudulentos de petróleo por minoristas hacia destinos desconocidos (algo que debe investigarse a fondo), y los robos descarados en gobernaciones y alcaldías bolivarianas.

Y no es una cuestión de ser opositor o partidario del oficialismo: los venezolanos todos queremos que se investigue la labor de cada quien, sin que priven fueros especiales para los históricos jalamecates y los carga maletines del Presidente. Lo que se pide, para decidir sobre la reelección presidencial, es claridad y honestidad en la función pública.

Analicemos esta pregunta: ¿Si votamos por el presidente actual, estaremos votando por la protección de los corruptos que en Caracas y Miranda se hicieron ricos? ¿Por aquellos que lograron colocar en sus puestos a hermanos, primos, cuñados y demás familiares en la Asamblea Nacional? ¿Podemos votar por quienes no son capaces de reprimir el hampa o por aquellos que, desde Miraflores, inhabilitan o abren procesos irregulares contra sus adversarios políticos?

Tomado de Noticiero Digital

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2 comentarios:

Alexis José Marrero Castillo dijo...

Simplemente quiero desearles un año nuevo lleno de cosas bonitas y de muchas felicidades, sobre todo que los sueños se cumplan.
Te deseo lo mejor de este mundo a ti a tus familiares.
mil bendiciones y maría auxiliadora lo proteja

Arcangel Vulcano dijo...

Respetado Padre Carlos,es un grato placer saludarle y desearle un Feliz año nuevo 2.009.

Le auguramos mucha salud, paz, amor y prosperidad, en unión de sus seres queridos y familiares.

Un fraternal saludo.