Vale la pena votar la enmienda?
Esta pregunta, considerada de validez, se la hacen muchos venezolanos que ven cómo sistemáticamente el presidente se empeña en desconocer los resultados desfavorables a su proyecto político.
Ya es una burla que el presidente quiera desconocer a gobernadores y alcaldes electos popularmente solo porque no pertenecen a su tolda política. Que se les eliminen competencias propias de gobernaciones y alcaldías y se transfieran al poder central. Que se les amenace con no enviar los recursos del Situado Constitucional simplemente "porque no le da la gana" (no hay otra razón), dejando así en claro el talante "poco o nada democrático" del que hace gala en medio del desparpajo y aplauso general de las focas amaestradas que integran su partido.
Ya tenemos la burla y el desprecio hecho al "soberano" que el 2D dijo clara y contundentemente que NO a la reforma constitucional cuando se propone hoy una enmienda para aprobar (o NO) la reelección indefinida del presidente.
Ya es una burla y un desprecio al "Soberano" que la mayoría de los artículos rechazados el 2D se aprobaran posteriormente mediante decretos de Ley Habilitante con la complacencia genuflexa de una Asamblea Nacional monocromática.
Ya es una burla al "Soberano" que se le someta indiscriminadamente a procesos electorales continuos que desgastan, que agotan, y que continúan poniendo en pugna de manera calculada a facciones divididas y aparentemente irreconciliables del mismo pueblo venezolano. Chavez no puede vivir sin la controversia, sin la pelea, sin la confrontación y así quiere que vivamos nosotros también, en una especie de proyección personal que como un manto negro pretende cubrir al país entero.
La sombra del fraude con la falsa especie de las capta-huellas como fuente de identificación del voto que en mala hora se encargó de promocionar la oposición como "brillante estrategia" y que se le ha devuelto como un boomerang creando zozobra en la población electoral en general y que no ha permitido recibir el voto de los "chavistas por obligación mas no por convicción" (vg. empleados públicos, misioneros por la beca, etc). Esto ha sido como el cuento de desplumar la gallina contra el viento y ha resultado imposible ahora recoger todas las plumas.
A todo esto (y mas) se enfrenta el electorado venezolano a la hora de medir fuerzas en la votación de una enmienda constitucional que por lo trascendente de sus consecuencias amerita la tranquilidad mental y anímica que permita decidir correctamente y sin apasionamientos lo que será el futuro de la patria, con Chavez hasta el 2012 o con Chavez hasta el 2000siempre.
Hay gente que, colocando el fantasma del fraude por delante se niega a votar porque "si avalas las condiciones tienes que avalar los resultados", y eso sería colaborar en la legitimación de las pretensiones presidenciales que se harían realidad vía fraude electoral. Otros piensan que ¿para qué votar? si Chavez no va a respetar los resultados si son adversos a su proyecto político como ya lo demostró con el paquete de las 26 leyes.
Yo, por mi parte confío en la cercana aún experiencia del resultado electoral del 2D y 24N en que a Chavez se le puede derrotar con los votos. La abstención como proceso de deslegitimación de cualquier elección no da resultados... ya tenemos la triste historia aquella de los candidatos de oposición a la Asamblea Nacional que se retiraron en masa para "deslegitimar" el resultado y qué paso? que por esa bravuconada de "guapo'e barrio" nos clavaron sin chistar las 26 leyes aprobadas por una AN, en su totalidad sumisa y puesta de cúbito (salvo la exigua representación de Podemos, pero ellos se separaron del chavismo después), nos dejaron sin representación al 47-48% de la población venezolana (y eso es algo que me ha costado perdonarle a los "líderes" de la oposición).
Lo mas lamentable de todo es que los abstencionistas, luego de explicar sus motivaciones no ofrecen una alternativa fuera de quedarse en sus casas viendo los toros desde el burladero, orgullosos, altivos, satisfechos, pero siempre desde el sofá de la sala viendo Globovisión. Muchos gritan: Artículo 350 YA! pero ni ellos mismos se lo creen, que vayan otros a batirse públicamente, que sea la sangre de los demás la que corra... hasta la fecha no he visto un movimiento nacional de desconocimiento de las autoridades ni las ganas de los venezolanos en operar el famoso 350.
Si lo derrotamos comicialmente en la pretensión de la reforma lo derrotaremos en la pretensión de la enmienda y así, constitucionalmente tendrá las manos amarradas hasta el 2012 cuando tendrá que buscar un nuevo candidato que se mida electoralmente para continuar su proceso. Yo no creo que el señor Chavez vaya a malgastar toda la fortuna y el tiempo que ha empleado haciéndose lobbing como demócrata ante la opinión pública mundial, las naciones y los organismos internacionales; de otro modo sería quitarse por fin la careta y exponerse como dictador, decisión que traería sanciones de la comunidad internacional. Votar es la única salida (legalmente hablando) que encuentro para frenar la petulancia de una reelección indefinida.
Etiquetas: política+venezolana, actualidad, iglesia católica, Venezuela
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