Recuerdo el caso de un obispo que llegado a una diócesis buscó la manera de rodearse... de sacerdotes mediocres. Esa fue la manera que encontró para brillar fulgurantemente con luz propia sin que nadie le hiciera sombra, sin que su imagen sufriera la opacidad venida de quien piensa, planifica y ejecuta sin la necesidad de buscar la aprobación episcopal. La iniciativa propia estaba vedada a los presbíteros en aquella diócesis de Barataria y la condena por pensar o disentir era el ostracismo en las parroquias mas alejadas de la Curia; en cambio los que eligieron como modus operandi el arrastrarse en lisonjas y carantoñas al Pastor, los que no podían ni siquiera amarrarse los zapatos sin buscar la aprobación jerárquica: ¿Le parece bien así Monseñor o debo apretar mas los cordones? fueron ocupando los puestos mas importantes, los cargos mas relevantes del estamento diocesano.
Algún versado en Sagrada Escritura podría intentar rebatirme con el argumento de que Nuestro Señor también se rodeó de mediocres y de los que eran considerados como escoria para la sociedad de la época. La diferencia es que Cristo se rodeó de lo débil para confundir a lo fuerte, se rodeó de personas necias en lo humano para hacerlas inteligentes en la fe, y este obispo tuerto solo buscaba mantener la realeza de su figura construyendo su propio país de ciegos.
La diócesis ciertamente así no funcionaba; llena de cargos, dividida y subdividida en comités, sub-comités, departamentos, oficinas, burós, comisiones, sub-comisiones, reuniones, cumbres, simposios, delegaciones parroquiales y vaya usted a saber cuantos otros items mas, daba la impresión, en el papel, de tener la mejor organización del mundo, sin embargo, anquilosada por la extrema burocracia y horadada por el descontento que la gran mayoría de los sacerdotes tenían por el obispo y el grupito de mediocres, no tardó mucho en descomponerse del todo. Un evento no tan fortuito aunque ciertamente trasluce la voluntad divina, fue el arribo de este obispo a los 75 años, edad en la que obligatoriamente debe presentar la renuncia (por edad para la jubilación) ante la Santa Sede. Renuncia "la cual aceptó" el Vaticano y así, "muerto el perro se acabó la rabia", la diócesis pudo encaminarse mejor bajo la férula de un nuevo obispo.
No hace falta tener cuatro dedos de frente para notar el paralelismo casi pasmoso con la realidad política de Venezuela. Un presidente que llegó al poder haciendo promesas de todo tipo, pretendiendo romper con los viejos esquemas del clientelismo y la corrupción que se enquistaron en los partidos políticos del establishment. El papel lo aguanta todo!
Al principio, con su verbo intentó comprar lo mas granado de la intelectualidad política, económica y cultural de Venezuela, por su lista de amigos pasaron Miguel Henrique Otero, Jorge Olavarría, Germán Escarrá, Marcel Granier, Luis Miquilena, José Domingo Maza Zabala, la propia esposa, sus compañeros del juramento ante el Samán de Güere entre muchos otros que mas temprano que tarde se fueron quedando en el camino desencantados del personaje de marras.
El deslastre lo obligó a echar mano casi con exclusividad de sus comunes, que aunque afines ideológicamente, eso no significaba que fueran buenos a la hora de enfrentar el quehacer de un cargo público. Comunistas resentidos, guerrilleros fracasados, militares rendidos, desertores de partidos políticos, entre otras categorías de la fauna política revolucionaria y endógena del siglo XXI, montados en la olla del “cuanto hay pa’ eso”, de los negocios, de la corrupción y del peculado, han dejado a la Cuarta como “niño en pañales”.
En su continuo rodearse de perdedores, recientemente nombra a Diosdado Cabello como Ministro de Infraestructura y a Jesse Chacón como Ministro de Información, ambos perdedores en la última contienda electoral (el primero gobernador de Miranda aspirante a la reelección y el segundo como candidato a la alcaldía de Sucre) y ambos recurrentes en los enroques de los diversos cargos públicos. (En lo particular estoy esperando los nombramientos de Aristóbulo Istúriz, Jean Carlo DiMartino y Mario Silva, que me imagino deben estar “en la puerta del horno” para dar así por finiquitado el elenco de la Corte de los Milagros).
Creo que esa es la razón por la cual Chavez pretende enmendar la Constitución y lanzarse a la reelección indefinida. Está viendo que el PSUV no tiene un candidato sólido a las elecciones del 2012. No tiene a nadie medianamente bueno que pueda darle continuidad a lo que se ha dado en llamar “el proceso revolucionario”. De la caterva de personajes no ha nacido un delfín, heredero de los sueños de grandeza y grandilocuencia del Benemérito, que pueda dar al traste con los deseos de la oposición de darle verdadera democracia al pueblo. Es él (Chavez) y sólo él quien encarna los deseos del Soberano, sólo él es la voz de “los sin voz”, sólo él sobre quien recae todo el peso de la carga de cubanizar a Venezuela, sólo él mantiene la división entre los mismos venezolanos, sólo él… y mas nadie.
“Después de mí, el diluvio”… y lo que viene es tormenta!
Etiquetas: política+venezolana, actualidad, iglesia católica, Venezuela
1 comentario:
Excelente artículo le felicito.
F González.
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