lunes, 15 de diciembre de 2008

Editorial de El Nacional 15/12/08

Editorial
El Nacional



Daño colateral

El maquillaje de Hugo

Cada vez que se aproxima una de las tantas elecciones inventadas por el Presidente se inicia de inmediato la rutina de un ciclo de propaganda, llevado a cabo en varias etapas. La primera de ellas es el anuncio formal de que nuevamente se abre la perspectiva de una gran batalla definitiva contra el imperialismo, la oligarquía, los latifundistas, los comerciantes especuladores, los lacayos del imperio y, por supuesto, la DEA y Bush.

De hecho, el modelo le funcionó al comienzo pero de un tiempo para acá ya no le suena la flauta: ¿Cómo culpar a la CIA o a la DEA de las decenas de asesinatos ocurridos los fines de semana en Caracas y el resto del país? Pero siempre hay un cagatintas oficialista que trata de poner en duda que esos asesinatos ocurran y que las organizaciones de derechos humanos no gubernamentales actúan con fines inconfesables.

Ojalá ese periodista, identificándose previa y abiertamente ante los deudos como partidario del PSUV, se dé una vuelta por la morgue de Caracas, o de Los Teques, o de Maracay y Valencia, de Puerto Ordaz o Maracaibo.

Sería interesante que este señor viera por sus propios ojos lo que algunos de sus alumnos y honestos amigos del pasado ven y lloran como periodistas de sucesos, es decir, lo que cada día ocurre en las calles de Caracas y en sus inmediaciones, con su carga de crueldad y de violencia. Sería interesante que comprobara la rotunda verdad de los asesinatos en serie, de los niños que caen en balaceras en las barriadas; que conversara con los familiares y las viudas de los jóvenes y los motorizados, de los pasajeros y los chóferes asesinados vilmente.

Lo más lamentable de los periodistas del oficialismo es que, de entrada, Chávez les amputa su capacidad de ser críticos, de hacer valer la verdad por encima de todo. Por si fuera poco, ayer vimos a José Vicente entrevistar al Presidente de la República, como si él fuera un auténtico periodista capaz de comprometer o poner en evidencia con una peligrosa pregunta al jefe del Estado, de quien por lo demás fue su ministro, consejero y vicepresidente. ¡Qué derroche de cinismo! ¿Acaso se estaba negociando allí una vuelta al poder de quien, como figura política, tiene una altísima cuota de rechazo entre los votantes? ¿Tal mal está el Presidente que echa manos de esos carros chocados? Si algo le agregó esa entrevista a la figura presidencial fue la carcajada general del país honesto, al ver que, como motor de la reelección vitalicia, Chávez usa a José Vicente para, equivocadamente, impulsarse hacia el barranco. Se ve que el Presidente está muy desesperado.

No olvidemos que dentro de poco estallarán tantos escándalos de corrupción en el municipio Sucre de la zona metropolitana que Rangel le significará un inmenso peso muerto. Acuérdese, Presidente, de la entrega de dólares de Maletín Ramírez a Cristina, y de cómo el Delivery bolivariano terminó mal, con una maleta repleta de dólares estallando en Miami.

Tomado de Noticiero Digital





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