viernes, 15 de octubre de 2010

Laureano Márquez "Viernes de envidia" 15/10/2010


Hoy apetecería escribir de muchas cosas: Por ejemplo de lo difícil que es luchar por la democracia en China, de la prisión del Premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo --encarcelado por pedir elecciones directas-- y la alcahuetería de las democracias occidentales que en nombre del billete se hacen los bolsas. También provoca tocar el tema de la llamada gira "ideológica" iniciada por Esteban, quien además viaja en el tiempo, porque hay reseñas de que llegó a Rusia el jueves en la tarde, cuando aquí todavía es jueves en la mañana. Pero sin duda el tema de la semana es Chile. No hablemos de los mineros de los que ya conocemos hasta su vida personal en medio de la intriga que nos deja el ya llamado "minero infiel", que seguramente inspirará una telenovela que bien podría llamarse "trágame tierra".

Provoca más bien comentar algo que flota en el ambiente: la sana envidia que los venezolanos sentimos cuando vemos un país, tan parecido al nuestro, que avanza y triunfa por encima de adversidades, mientras nosotros nos hundimos en un mar de petrodólares... Hoy es, pues, un viernes para la sana envidia... ¿Por qué no tenemos un gobierno como el de Piñera?, nos preguntamos.

Naturalmente que son inevitables las tradicionales acusaciones de golpismo y fascismo por admirar a un hombre como Sebastián Piñera.

Lo curioso es que admiro también a su antecesora, la señora Bachelet, y creo que uno puede admirar a la vez a personas de derecha y de izquierda, que hay algo más que ese simplismo de encasillar ideológicamente a la gente y hacer "giras ideológicas".

Parece, más bien, que hay gente inteligente y gente que no lo es, gobernantes eficientes y otros que no lo son, políticos decentes y políticos corruptos, gobiernos democráticos y gobiernos tiránicos. Y parece que esto nada tiene que ver con la ubicación ideológica.

Por más que los Pinochets de izquierda parezcan menos dictadores porque son más inteligentes, hábiles y simpáticos, oprimen igualito que el otro, silencian igualito, fusilan igualito y encarcelan lo mismo. Este mundo se ha vuelto más complejo, ya no importa la derecha y la izquierda, sino lo comprometida que una sociedad esté con los valores de la democracia y la libertad.

Ver a un hombre tan eficiente como Piñera, además vestido de rojo, es algo que, inevitablemente, a los venezolanos nos sorprende. El problema no está en el color, pues, sino en la disposición de entender un país como un espacio para el progreso y la solidaridad, como un patrimonio común. La diferencia está en asumir que no se gobierna para castigar al que no está contigo, sino para el bienestar de todos. ¿Qué tiene Chile que no tenemos nosotros? Es la gran pregunta que nos hacemos. ¿No fueron allí los mismos conquistadores? ¿No conocieron ellos también la misma anarquía fundacional? Quizá la gran diferencia está en que los chilenos, encargaron a un hombre del brillo intelectual de don Andrés Bello el diseño de una universidad de primera, mientras nosotros, hasta el sol de hoy, no hacemos otra cosa que destruir las nuestras y mediocrizar la educación. Con razón dijo otro Andrés (Eloy Blanco) --en el discurso que pronunció cuando se lanzaron al mar los grillos de la dictadura gomecista en el Castillo de Puerto Cabello-- lo siguiente: "Hemos echado al mar los grillos de los pies. Ahora, vayamos a la escuela a quitarle a nuestro pueblo los grillos de la cabeza, porque la ignorancia es el camino de la tiranía".

...Los grillos en la cabeza... he ahí la diferencia...




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