sábado, 9 de octubre de 2010

Elección de la Asamblea Nacional. Amanecerá y... ¿veremos? (parte I)


Cada día me convenzo mas que el PSUV es un partido político de un solo hombre; el único líder, el único candidato, el único gobernador, el único alcalde es chavez. En la etapa proselitista previa a las elecciones legislativas tuvo que salir chavez a levantarle la mano a sus candidatos, a pasear en carroza con ellos, a forrar carreteras y paredes de vallas y afiches con su cara porque de otra manera el resultado hubiera sido mas adverso del que ya fue para el PSUV. Claro, ellos proclaman una victoria contundente, pero para gritar “no volverán”, haber arrancado con 163 diputados, que el mismo chavez dijera que lograr menos de 110 era inaceptable y haber obtenido menos de 100, difícilmente puede ser motivo de alegría para el órgano político del gobierno. Aquí no hubo presentación de proyectos, no hubo campaña electoral legislativa, toda la estrategia electoral del candidato único se basó en las desgarradoras advertencias: “vienen por mí”, en el “aquí va a haber una guerra si perdemos la Asamblea”, “quieren sacar a chavez”.

Los voceros del PSUV dicen que el resultado numérico de las elecciones no puede tomarse como una ventaja de la oposición sobre el chavismo porque fueron elecciones regionales, municipales y no nacionales, pero se olvidan que sí hubo una elección nacional en la que los candidatos fueron los mismos para toda Venezuela y fue la del Parlamento Latinoamericano en la que si vemos los resultados de los partidos que aún cuando no estaban todos en el bloque de la UNIDAD pues tampoco estaban con chavez y su propuesta, esos votos de los que no están con chavez le pasaron por encima a los obtenidos por el PSUV. Si los voceros del oficialismo tienen órdenes de by-passear esos resultados, allá ellos, pero no hay peor ciego que el que no quiere ver…

A pesar de los anuncios de la tarjeta del Buen Vivir, de ofrecer y regalar línea blanca, de los puestos de trabajo que milagrosamente aparecieron en gobernaciones y alcaldías oficialistas, de inaugurar a toda carrera abastos, y que como por arte de magia aparecieran en los anaqueles productos desaparecidos como leche, aceite, harina, azúcar (que por cierto, después de las elecciones desaparecieron otra vez, también como por arte de magia) el pueblo votó mayoritariamente en contra de la propuesta chavista, quizá por el agotamiento de lo que significan 11 años sin que representen un real mejoramiento del modo de vida. La gente observa como los dirigentes chavistas, otrora pelabolas sin medio en el bolsillo y sin donde caerse muertos ahora llegan a los barrios a buscar votos con escoltas, seguidos por las cámaras de VTV, en lujosas camionetas, mudados a zonas exclusivas y gritando el slogan: “El pueblo pa’ la Asamblea” y la gente no se lo cree. Aquí no se trata de una “tarjeta de racionamiento” sino de que el pueblo empezó a usar la “Tarjeta de RAZONAMIENTO” y ya no se traga eso de ser “carne de cañón” ni de ser comprados por baratijas mientras los “líderes del proceso” se enriquecen groseramente a costillas del mismo pueblo que dicen defender y representar.

Si chavez asumió para sí el peso de la campaña electoral, es justo que asuma también el peso de “no haber logrado los objetivos”…pero eso no va a pasar porque él es el líder infalible…los que se equivocan son los demás y la culpa será de los infiltrados, de la CIA, del imperio y de la senilidad de Fidel que “le echó la burra pal’ monte” en un par de ocasiones. Ya empezaron los trapos rojos y potes de humo para desviar la atención del affaire “Asamblea Nacional” y de PUDREVAL. La Ley de conscripción militar y la activación de los “círculos bolivarianos para niños” son el plato del día y la oposición sigue como de costumbre hablando de lo que chavez quiere que se hable. Amanecerá y veremos!

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