El talante provocador y chabacano del presidente mas que un comportamiento propio suyo (que no dudo que sea así) es también una estrategia muy bien pensada. Él sabe muy bien que saca de quicio a la oposición, y quien no piensa bien comete errores. Clásicas eran las furibundas respuestas de políticos, periodistas, articulistas y gente "de a pie" que, bien en los espacios mediáticos o en las esquinas de las plazas respondían con iracundia a los insultos presidenciales trasladándose al terreno propuesto por Chavez y olvidando así los verdaderos temas del debate político. Queriendo hacer la contra eran llevados como corderitos al corral que el presidente deseaba, y así, cayendo en el juego, perdían ellos y perdíamos todos.
Algún personaje de la oposición por fin cayó en cuenta y seguro pasó el dato... porque en esta campaña electoral, con la expulsión del embajador norteamericano, con el fatuo intento de magnicidio, con las presuntas conspiraciones de golpe de Estado organizadas entre otros personajes por el vice-almirante Tulio Marquez Rodríguez (a quien le allanaron la casa solo para darse cuenta que el señor tenía mas de quince años fallecido!!!), con los vehementes insultos y demás epítetos que prodigó a Rosales, a Salas Feo, a Pablo Pérez, a Morel Rodríguez, la oposición lo dejó hablando solo; nadie chistó, nadie dijo nada, nadie contradijo, nadie movió un dedo, nadie insistió y mejor así. Mientras menos le respondían mas actuaba desesperadamente, mientras menos chistaban mas iracundo se tornaba, al punto de ofrecer que "a lo mejor" sacaba los tanques si ganaba el que él no quería. Fue demostrando su verdadero talante autoritario, y mucha gente se dió cuenta de sus incongruencias, de su verdadero caracter, de sus verdaderas intenciones, y me refiero a los chavistas ajenos a cuotas de poder, a los que no están interesados en cargos públicos o contratos de cualquier índole, al venezolano común que una vez optó por un Chavez vestido con piel de cordero sin ver al lobo debajo. Mejor así.
Quién de nosotros, ante los desmanes groseros y grotescos, ante el evidente y descarado despilfarro de los dineros de la Nación, ante la corrupción desbocada, ante los abusos de poder del que pretende controlarlo todo, ante la imposibilidad de cambiar la situación, no pensó alguna vez, aún cuando la idea repugna al intelecto democrático, en una salida de facto? remediar la situación con un golpe de Estado que ponga fin a tanto desmadre nacional y saque definitivamente a quienes han llevado a Venezuela por el despeñadero de la corrupción, la división y el odio? Será práctica una salida así? yo pienso que no. ante el resultado de estas elecciones regionales en las que quedó demostrada la "casi" paridad de fuerzas entre el chavismo y la oposición, la posibilidad de un golpe de Estado solo ayudaría a aumentar la brecha (cada vez menor, pero aún existente) entre las dos mitades de Venezuela a tal punto de hacerlas totalmente irreconciliables. Fueron frecuentes los alertas, anuncios y sospechas que hacían los periodistas (la verdadera oposición) ante el calentamiento de orejas de los militares, en los presuntos movimientos que en el seno de la Fuerza Armada Nacional se estarían gestando, el famoso ruído de sables en los cuarteles. Ya tengo 10 años oyendo lo mismo, con mayor o menor frecuencia y todavía estoy esperando que suene, al menos el primer triki-traki. Afortunadamente, menos los dos o tres periodistas que como aves agoreras aún quedan hablando del tema, ya no es tópico relevante en la palestra nacional. Los periodistas han decidido colocar sobre el tapete los temas que verdaderamente cuentan, dejando a un lado los rumores de asonadas y levantamientos propios del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX para vivir la relevancia del siglo XXI. Mejor así.
Cuál ha sido el balance de estos 10 años? que la oposición ha ganado un importante terreno frente al inicialmente apabullador chavismo que como marabunta arrasaba todo a su paso, que como la pisada del caballo de Atila, no permitía crecer la hierba. Ha sido mucha la decepción del venezolano promedio como para que no se sienta la necesidad del resarcimiento que, en la práctica llevó al Zulia, Nueva Esparta, Táchira, Carabobo, Miranda y la Alcaldía Mayor a convertirse en los bastiones de la sindéresis, las atalayas de la oposición. Algún ingenuo nuevo oligarca endógeno del siglo XXI se alegrará porque el chavismo ganó en 17 estados de Venezuela y la oposición solo en 6, pero resulta que esos seis representan la mitad del electorado de Venezuela. Se prefiere la calidad a la cantidad. Perdónenme el ex-cursus pero, y les pregunto: ¿alguno de ustedes ha visto una caravana del chavismo celebrando la victoria? ¿no son, numéricamente hablando, mas importantes 17 que 6? ¿dónde resuena hoy la chocante cancioncita de "palo, palo, palo por ese..."?. Silencio en la noche, ya todo está en calma, el músculo duerme, la ambición descansa... mejor así.
Estas elecciones le hicieron daño a Chavez, sin duda y por mas que quieran ahora disimular o menospreciar los resultados comiciales. La palabra la tienen ahora los nuevos gobernadores de oposición y el alcalde metropolitano quienes no tienen excusa para dejar de hacer un excelente trabajo por las comunidades y por fomentar la recta conciencia que gane adeptos a la causa de la democracia plural y participativa. Como tampoco tendrá excusa la oposición en el resto de Venezuela para no hacer un trabajo que rinda los mejores frutos al país. Comenzando por promover una unidad sincera que evite los bochornosos espectáculos del municipio Chacao, del estado Bolivar, de Saady Bijani en el Zulia, de la Marisabel, del Benjamín Rausseo y de algún otro que ahora se me escapa. Si logran eso... mejor así.
política, actualidad, iglesia católica, Venezuela
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