sábado, 6 de septiembre de 2008

EPPURE SI MUOVE...INDIETRO!!!


La verdad es que ésta ha sido la temporada de los cambios en el Vaticano… impulsada tal vez por el Augusto predecesor de Benito XVI, Juan Pablo II, que luego de mas de 360 años le levantó la condena a Galileo Galilei (que tarde piaste, pajarito!), hemos venido sufriendo cambios, uno detrás de otro que influyen notablemente en el acontecer eclesiástico.

En ese espíritu de cambios, reivindicaciones y correcciones (tardíos algunos de ellos como el affaire Galileo por cierto) se enmarcan las últimas decisiones vaticanas como el motu proprio "Summorum Pontificum” que amplía los casos en los que se puede celebrar la misa en latín según el misal de Juan XXIII. Sin entrar en consideraciones europeas y sus trifulcas con la Sociedad Sacerdotal San Pío X, en América Latina no creo que tenga una importancia específica o al menos un ápice de relevancia el motu proprio ése. Aquí nos hemos adaptado muy bien a los cambios que promovió el Concilio Vaticano II y la celebración de la liturgia en lengua vernácula y salvo por algún terrorista del Opus Dei o algún viejo obispo nostálgico por sus reminiscencias Pio-Latino-romanas, la misa en latín seguirá guardada en la vitrina del museo histórico eclesial. Que alguien me corrija si me equivoco pero, en el misal de Juan XXIII, el Viernes Santo no se ora por la conversión de los perfidi iudei, para que el Señor quite el velo que cubre sus corazones…? Me imagino que esto se convertirá en un aliciente más para continuar con buen pie las relaciones de la Iglesia Católica con el Judaísmo.


Luego, La Santa Sede tardó mas o menos 40 años (CUARENTA AÑOS!!!!) para darse cuenta que las palabras de la consagración del vino estaban mal traducidas (en un país en el que todavía se estornuda en latín!) y que no debe decirse “…por vosotros y por todos los hombres” sino “…por vosotros y por muchos (pro vobis et pro multis)”, por cierto que ya dos diócesis alemanas le hicieron una sortija del tamaño de la Puerta de Brandemburgo al Vaticano recalcando que no van a hacer el cambio (sin contar con el mismo parecer de varios obispos franceses, belgas e ingleses). Aquí en Venezuela la Conferencia Episcopal no se ha hecho mucho eco del cambio vaticano, al menos en lo particular, no he visto comunicado alguno que haga referencia a pesar de que sea un mandato expreso de la Santa Sede que no queda ad libitum sino de total acatamiento.

Ahora, el Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos, el Cardenal Francis Arinze cae en cuenta, después de 2.600 años (éste la botó de jonrón), que el nombre de YAHVÉ exige un gran respeto, que es “una expresión de la infinita grandeza y majestad de Dios” y que por lo tanto no debe utilizarse en la liturgia, oraciones y cantos. Que el Santo Nombre de Dios se mantuvo "impronunciable y por ello fue reemplazado en la lectura de las Sagradas Escrituras con el uso de la palabra alternativa 'Adonai' que significa Señor".

Este Cardenal dónde habrá estudiado teología? Porque que yo recuerde, ya desde el libro del Génesis existen dos grandes corrientes o tradiciones, la sacerdotal que omite el nombre de Yahvé y la Yahvista (por cierto la mas antigua) que pondera el Nombre del Todopoderoso que le fuera revelado a Moisés por boca del mismo Dios en el episodio de la zarza ardiente en el libro del Éxodo (“YO SOY EL QUE SOY”).

Los rabinos y sacerdotes judíos (consecuentes con la tradición sacerdotal bíblica) comenzaron a enseñar que el nombre de Dios era tan sublime que el solo pronunciarlo acarreaba castigos y maldiciones sobre aquellos osados que hasta inadvertidamente hicieran salir de sus bocas el vocablo Yahvé. De ahí que durante mucho tiempo se prefiriera omitir el nombre de Dios y se le suplantara por Adonai o por Elohím. Pero era mas por la amenaza del castigo, que por la reverencia debida!

“Esta tradición de la traducción es importante para entender a Cristo, prosigue el Cardenal Arinze, ya que el título de "Señor" se vuelve "intercambiable entre el Dios de Israel y el Mesías de la Fe Cristiana". Se olvida el Cardenal que Yahvé también es intercambiable entre Dios y su Hijo, o cuando Nuestro Señor dice: “YO SOY la resurrección y la vida…” (entre muchos YO SOY pronunciados por Cristo) que cree el Cardenal que entendían los judíos que estaban con Jesús sino una identificación plena?

Y ahora sale Arinze a solidarizarse exclusivamente con la tradición sacerdotal, con las maldiciones y castigos de los midrash rabínicos para decirme que no debo pronunciar el nombre Yahvé en la liturgia! Que vendrá después? Me obligará a amarrarme una caja de cuero en la frente y en el brazo izquierdo para guardar el Shemá Israel? O a invitarme a dejar crecer mis patillas para hacerme los bucles?

Soy hijo de Yahvé que creó el cielo y la tierra, soy heredero de la fe de Abraham, Isaac y Jacob, por mí Yahvé se sirvió de Moisés y sacó de Egipto al pueblo de Israel haciéndolo atravesar el Mar Rojo, estoy sujeto a las profecías del Antiguo Testamento que anunciaron a Cristo Jesús, espero llegar a la Jerusalén del cielo, pero no soy heredero de una corriente espiritual judía en específico, y menos una que me prohiba nombrar a Dios por su nombre, nombre que por cierto me fue revelado por el mismo Dios en el pasaje de la zarza ardiente. Si Dios no hubiera querido que mencionáramos su nombre, no se lo hubiera dicho a Moisés.

EPPURE SI MUOVE…INDIETRO!!!

A continuación el artículo de Aciprensa:

Autoridad vaticana pide a obispos del mundo omitir término "Yahvé" en Liturgia
Cardenal Francis Arinze, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos
VATICANO, 05 Sep. 08 / 01:21 pm (
ACI).- El Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Cardenal Francis Arinze, envió una carta a las conferencias episcopales del mundo en la que solicita no utilizar el término "Yahvé" en las liturgias, oraciones y cantos.
La misiva se refiere precisamente al uso del nombre "YHWH" con el que se designa a Dios en el Antiguo Testamento y que en español se lee "Yahvé". En la carta, el Purpurado explica que este término debe traducirse de acuerdo al equivalente hebreo "Adonai" o del griego "Kyrios"; y pone como ejemplos traducciones aceptables en cinco idiomas: Lord (inglés), Signore (italiano), Seigneur (francés), Herr (alemán) y Señor en español.
Tras comentar que el nombre de Dios exige a los traductores un gran respeto, el Purpurado precisa que la palabra "YHWH" es "una expresión de la infinita grandeza y majestad de Dios" que se mantuvo "impronunciable y por ello fue reemplazada en la lectura de las Sagradas Escrituras con el uso de la palabra alternativa 'Adonai' que significa Señor".
Esta tradición de la traducción es importante para entender a Cristo, prosigue el Cardenal Arinze, ya que el título de "Señor" se vuelve "intercambiable entre el Dios de Israel y el Mesías de la Fe Cristiana".
"Las palabras de las Sagradas Escrituras contenidas en el Antiguo y Nuevo Testamento expresan la verdad que trasciende los límites impuestos por el tiempo y el espacio. Son la palabra de Dios expresada en palabras humanas, y por medio de estas palabras de
vida, el Espíritu Santo introduce a los fieles en el conocimiento de la verdad total, y por ello la palabra de Cristo aparece ante los fieles en toda su riqueza", explica el Cardenal.

http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=22573



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