Me había hecho el propósito de mantenerme al margen de las cochinas invectivas que los foloros (suerte de engendro del bestiario neo-mitológico venezolano, mezcla de foca con loro con las principales funciones de aplaudir y repetir todo lo que emane del politburó) le dedican últimamente a la Iglesia, acusándola de negligente, de hacerse la desentendida con los damnificados por las lluvias, como si la gente que sufre no fuera en estos momentos nuestro fundamental interés. Son personas estos foloros, que ignoran ex profeso cómo las instituciones de la Iglesia, Universidades Católicas, Cáritas, Fe y Alegría, Avec entre otras han recolectado, clasificado y entregado muchas decenas de toneladas de alimentos, ropa y agua potable, que acompañan a los damnificados brindando ayuda psicológica para superar la agria situación de haberlo perdido todo, que sin politiquería barata y sin esa perentoria necesidad que sufren los foloros de hacerse notar como si fueran los únicos que hacen algo, caminan junto al pueblo que sufre los embates de la naturaleza sin buscar centímetro alguno en la prensa nacional. Y paralelamente a esas instituciones y organismos a nivel nacional de la Iglesia que he mencionado antes, estamos también los sacerdotes (muchos con el agua a la cintura) y laicos comprometidos en nuestras parroquias moviendo la generosidad de nuestra gente, surtiendo los refugios, tratando que esta Navidad que viene no sea tan triste para los cientos de miles de damnificados.
Jesucristo nos dice: “que tu mano derecha no sepa lo que hace tu izquierda, así tu caridad quedará en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto te lo recompensará”, y ese es el estímulo de la Santa Madre Iglesia… pero tanto ataque, tanto insulto, tanta acusación falsa, tanta infamia ya cansa. No queremos ni estamos interesados en competir en popularidad con el gobierno; si quieren llevarse todos los lauros háganlo sin mas, total, tienen bastantes focas que aplauden a rabiar aunque no entiendan muy bien porqué están aplaudiendo, pero no destruyan los esfuerzos de los que no pertenecemos al gobierno ni al PSUV ni queremos serlo porque no es parte de nuestra competencia, pero damos lo que podemos por llevar alivio al sufrimiento del que hoy tiende la mano solicitando ayuda. Ese es un deber de todo venezolano, no solo del gobierno, pero si los mismos políticos chavistas se empeñan en desmerecer, desacreditar los esfuerzos que el resto de los venezolanos hacemos por nuestra propia gente que sufre, ya eso dice mucho de la verdadera preocupación que tienen por los damnificados. No es el momento de continuar con la rivalidad, es el momento de “enterrar el hacha” y mancomunar esfuerzos para paliar esta terrible contingencia que nos afecta a todos.
No tenemos aviones, helicópteros, Hummers, las cámaras de VTV no están detrás de nosotros cubriendo el mas mínimo detalle, no tenemos la facultad de hacer una “cadena” en radio y TV ni la de expropiar terrenos, edificios y hoteles, pero la gente sabe, conoce, aprecia y especialmente valora positivamente lo que la Iglesia hace a favor de los necesitados. Si eso no le gusta al gobierno, mala suerte, porque nuestro objetivo no es agradar al gobierno sino atender las necesidades del que sufre, sin preguntar si es católico, evangélico, mormón o ateo.
“Por eso, cuando des limosna, no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa, Pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha para que tu limosna sea en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará” Mateo 6, 2-4
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